No mires abajo, que éstas son las cuerdas del arpa que toca un payaso cuando enamora a una sirena.
No tiembles si las notas salen de los dedos de tus pies mientras caminas. Se posan ahí como el pajarillo que se asoma a tu ventana, el que te espera por las mañanas para enredar su trino en las hebras de tu pelo.
No temas si a veces oscilan. Fíjate que ahora estos hilos que pisamos son los que salen del muñeco al que arrulla en sus brazos el titiritero.

No mires arriba ni a tus zapatos, sólo camina… no tengas miedo… ¿Lo ves? Ya no coges mi mano, ya caminas tú sólo.
Y ahora, amigo, dime si realmente hay cuerda alguna, dime dónde pondrías el arriba y el abajo, que yo ya no sé dónde he puesto el vértigo…

Ahí me tenéis, con guantes y bombín, con un aire a lo Naranja Mecánica. Y en las otras payaseando un poco. Ya era hora de subir algunas fotillos, ¿no?