domingo, 27 de septiembre de 2009

Fin de un cuento sin principio

Y el sueño vio su envés y se tornó pesadilla.

Por las puertas del lugar todos salen pero nadie entra, aunque siempre parecen los mismos rostros. La abisal penumbra de los goznes adivina el final sin principio de un cuento que alguien olvidó narrar. El lugar es un reino sin corona, donde los cinturones hacen alforja las tripas, castran el hálito del viento en los pulmones. Ahora para nada sirve el tañido del poeta de la plaza, porque las musas vuelven sus ancestrales espaldas y se otea el chiflido de su burla tras el insolente porte de sus cabelleras. Ya los párpados silentes, los ojos huecos de guitarras, el caminar de autómata de las gentes anunciaban delirios del cosmos, paisajes de cadenas, veredas marchitas. Sauces somnolientos y terapias de serpentina trajinaban con el lívido tictac del corazón para injertarle trombones y trompetas, holocaustos, veleros desvariados.

Tiemblan las campanas en la corte real mellada de validos y valientes. Han empezado las sirenas a cortarse las gargantas. Las cornetas se ahogan con el aire en un soplido inverso. Todos recuerdan aquellos otros tiempos que jamás existieron. Ha empezado el final de un cuento sin principio.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Bajo el agua


Medias tintas en el cielo,
de nubes grises mendigo
Las hojas caen cual calendas
gaviotas piden destino
Bajo el agua
Tú me perfumas de sol
y me disfrazas de magia,
en mi paraguas repican
besos de arena de playa
Bajo el agua
Ya se azulejan las hojas
con las venas transparentes
Tú, con sonrisa ladina
cuentas al sapo los dientes
Bajo el agua
Guijarros de mar, conchitas
invocas entre los charcos
y en heridas de silencio
sirenas derraman cantos
Bajo el agua
Llueven canciones de agua
tiran terrones de hielo
Pero aún te hago en la orilla
tirabuzones de cielo

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Let it Be-atles

Norwegian Wood



Let it Be



Eleanor Rigby



Me dejo arrastrar por la marea beatle-fílica que se esparce estos días por la tele. Nuevo disco recopilatorio, documentales, videojuego... Os recomiendo exhaustivamente el libro de Haruki Murakami "Tokyo Blues", inspirado en parte por la bellísima y misteriosa canción "Norwegian Wood". Le mando un beso a todos los que, como mis padres, se encariñaron con sus canciones de fondo.
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