miércoles, 31 de octubre de 2012

Menú Chat Noir

De primero: El Gato Negro, Edgar Allan Poe (fragmento)

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. (...) Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. (...)

Me casé joven y tuve la alegría de que mi esposa compartiera mis preferencias. Al observar mi gusto por los animales domésticos, no perdía oportunidad de procurarme los más agradables de entre ellos. Teníamos pájaros, peces de colores, un hermoso perro, conejos, un monito y un gato. Este último era un animal de notable tamaño y hermosura, completamente negro y de una sagacidad asombrosa. (...)

Plutón -tal era el nombre del gato- se había convertido en mi favorito y mi camarada. Sólo yo le daba de comer y él me seguía por todas partes en casa. Me costaba mucho impedir que anduviera tras de mí en la calle. Nuestra amistad duró así varios años, en el curso de los cuales (enrojezco al confesarlo) mi temperamento y mi carácter se alteraron radicalmente por culpa del demonio. Intemperancia. Día a día me fui volviendo más melancólico, irritable e indiferente hacia los sentimientos ajenos. Llegué, incluso, a hablar descomedidamente a mi mujer y terminé por infligirle violencias personales. (...) Hacia Plutón, sin embargo, conservé suficiente consideración como para abstenerme de maltratarlo, (...). Mi enfermedad, empero, se agravaba -pues, ¿qué enfermedad es comparable al alcohol?-, y finalmente el mismo Plutón, que ya estaba viejo y, por tanto, algo enojadizo, empezó a sufrir las consecuencias de mi mal humor.

Una noche en que volvía a casa completamente embriagado, después de una de mis correrías por la ciudad, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo alcé en brazos, pero, asustado por mi violencia, me mordió ligeramente en la mano. Al punto se apoderó de mí una furia demoníaca y ya no supe lo que hacía. Fue como si la raíz de mi alma se separara de golpe de mi cuerpo; una maldad más que diabólica, alimentada por la ginebra, estremeció cada fibra de mi ser. Sacando del bolsillo del chaleco un cortaplumas, lo abrí mientras sujetaba al pobre animal por el pescuezo y, deliberadamente, le hice saltar un ojo. Enrojezco, me abraso, tiemblo mientras escribo tan condenable atrocidad.

Texto completo aquí

De segundo, a elegir: Black Cat, Chris Turnbull y Damian Tasker o Le Chat Noir, LTAM Luxembourg
 


De postre: Chat Noir, Game Design??? (Clic en la imagen para abrir el enlace del juego. Hay que pinchar en las casillas para atrapar al gato negro)



Feliz Halloween.

lunes, 29 de octubre de 2012

Punto Final: Fiction is Crime


"Si escribimos dejamos
heridas las palabras,
desangrándose juntas"
(Fernando Quiñones)

    Fueron subiendo en cada puerto y hablaban distintos idiomas. O al menos eso le parecía por los murmullos, acompañados de zapatos y perseguidos por equipajes que subían por la pasarela. El ojo de buey de su camarote sólo le devolvía imágenes de los zapatos, que rechinaban en la madera. Se giró y observó la cama recia, hipócrita. Se levantó del asiento con estrépito, cogió el vaso de agua que reposaba en la mesita y lo hizo estallar en el suelo. Estaba trémulo.

     Había pasado todo el viaje en el camarote. Las paredes se proyectaban hacia arriba. El techo se alejaba y se hacía más pequeño. Él era un ratón que miraba pasar desde un pequeño agujero a los habitantes de la casa, pero que se siente incapaz de salir. Sólo el pensar en subir a cubierta le causaba miedo y náuseas. El tiempo se volvió irracional. Los segundos y los minutos se mezclaban. Pero había llegado el momento. No podía esperar más. ¿Por qué si no estaba allí?

     A veces se había mareado en sus viajes, pero nunca como aquel día. Cuando estuvo en la cubierta, sintió  un dolor punzante en el estómago. Le temblaban las manos. El suelo se ondulaba y se retorcía. Caminaba inerte, las facciones en la cara, rígidas. Los rostros a su paso miraban y saludaban disciplinadamente. Se agarró a una barandilla y espero. La sacudida en el pecho se suavizó ligeramente. El temblor de su cuerpo continuaba, pero no iba a esperar más.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Tarde

Estoy sentado en la terraza de este café junto al mar, mientras el sol pone su chiringuito repartiendo morriñas y sueños. La ciudad gira y se enreda en su ciclo vespertino: el de las manos enredadas, las calzonas y las bicis, los niños que vienen y van. Y también otras rutinas más esporádicas: diálogos extranjeros de dos en dos seguramente camino a la gran ciudad móvil bajo el agua.

Yo también giro... la cucharilla del café.

Dentro, el Café no podría ser más canalla: Calamaro proclamando su locura, el blanco sucio de las paredes pidiendo a gritos graffitis de urinario. Y los consigue en el rojo, rojo canalla de los dibujos, y el negro, negro provocador de las palabras, los diálogos. Negra la tinta en la pared, negro el cante de un flamenco. Rojo y negro de mi acompañante.

Que no, que yo no quiero dinero, no, no, cariño es lo que yo quiero, no, no.

Cariño es lo que quiere, me figuro, ella, la del pantalón amarillo. Rosi, le pega de nombre. Seguramente va por el tercer o el cuarto cigarrillo. Lo supongo, no puedo oírla, sólo a Calamaro. Mi café está ya frío. Pasa un autobús con sueños y esperanzas, algún "qué voy a hacer de comer esta noche", qué voy a hacer yo a partir de ahora. Calamaro enfila los soldaditos del ejército del amor. Las gaviotas se suspenden en el cielo y en el mar. Otro autobús.

Nuestros silencios y miradas.

¿Qué pasa por nuestras cabezas? El ciclo de la tarde, digo yo, o espero. Y gira, y gira y gira... El sol cierra nuestro chiringuito de silencios.

— ¿Nos vamos?

lunes, 22 de octubre de 2012

Cuéntame la historia de Stan


En principio en Cuéntame un track iban a aparecer sólo canciones en castellano, pero cómo dejar fuera historias en inglés como ésta. Stan fue un exitoso single incluido en el álbum "The Marshall Mathers LP" del conocido rapero Eminem. Este track cuenta la historia ficticia de un fan obsesionado con su ídolo. Cada una de las estrofas es la letra de una carta que Stan envía a Eminem sin obtener respuesta, lo que le hace volverse cada vez más paranoico y violento. El rol de Stan fue interpretado por Devon Sawa (Casper, Destino Final, Nikita), mientras que la novia embarazada es la cantante Dido, la cual prestaría las primeras líneas y algunos acordes de su tema Thank you para el estribillo de Stan (las colaboraciones en el mundo del rap son muy corrientes y es normal oír samples de una canción en otra de un artista diferente). 

La lluvia, la atmósfera gris e inquietante y la cetrina fotografía del clip se conjugan para dar vida al retrato de un fan obseso. La carta/estrofa final es la contestación de Eminem cerrando el círculo de la historia con un final sobrecogedor.


Desgraciadamente en youtube sólo se encuentra la versión censurada del videoclip (notaréis que la voz del rapero se silencia en muchas más ocasiones de las que me gustaría). Aunque no cuenta con las imágenes, al menos podemos oír la versión explícita aquí. En los Grammy de 2005, Eminem interpretó el tema junto a un Elton John que es una delicia al piano (video aquí). Y por fin, la letra de este Cuéntame un track la tenéis en este enlace en inglés y en castellano.

viernes, 19 de octubre de 2012

La comía en los pies

Tío Abuelo: ¿Ahora te va a comer el postre? ¿después de media hora? Ahora ya tiene la comía en los pies...
Yo: Ya, pero a mí me gusta hacerlo así.
Tío Abuelo: Sí, pero ya se te ha orvidao la comía.
Yo: Vale, pero a mí me gusta hacerlo así. Me gusta reposar la comida.
Tío Abuelo: Bueno, asín será, pero ya la tendrá en los pies
Yo: En verdad, ni yo lo hago bien, porque se debería comer la fruta entre comidas no después de comer.
Tío Abuelo: ¿Entre comía?
Yo: Sí porque es más sano. Lo recomiendan los médicos.
Tío Abuelo: Yo como es costumbre después de comer, porque un rato más tarde como haces tú, ya tiene la comía en los pies.
Yo: Vale, pero me gusta hacerlo así.
Tío Abuelo: Bueno, pues asín será. Pero ya la tiene en los pies.
Yo: ¬¬ (lengua sangrando de tanto morderla en 3, 2, 1...) Vale, tengo la comía en los pies (me voy a mi cuarto con mi mandarina a pecar tranquilo) ¬¬

miércoles, 17 de octubre de 2012

Rojo y Verde

La mujer salió del edificio blanco, la mole abigarrada que repartía la vida y la muerte de forma equitativa. Sintió el olor a fritanga de los churros y continuó decidida hacia la parada del autobús. Llevaba el gran sobre blanco en la mano, dentro está mi cabeza, pensó. Quizás fuera por eso, por pensar, que no advirtió la agitación de los árboles, el vaivén de las faldas, el viento de levante. No puede ser, se dijo, cuando sintió volar el sobre con la radiografía.

Lentamente vio cómo el sobre se posaba en medio de la gran avenida transitada y cómo los coches iban atropellándolo, uno detrás de otro. El hombrecillo de rojo en el semáforo. La imagen de la máquina metálica de luces convulsas fotografiándola por dentro. Sólo esa copia. Amagó con cruzar una, dos, tres veces. Veinte segundos, el tiempo que duraba la cuenta atrás del hombrecillo verde, bastaban para correr hasta allí y recuperar el secreto dentro del papel blanco. “Antes no había tantos adelantos hija”, había dicho ella justo en ese lugar hacía un par de horas. Vio las imágenes sueltas de la mañana el sollozo desgarrado del niño, el levante germinando por la mañana hasta erizar el cuello. Miró hacia atrás, como buscando a alguien. Sólo encontró a un chico con melena y auriculares, demasiado ocupado o demasiado alelado siquiera para moverse. Vio al sobre alejarse más, creyó haberlo perdido de vista.

~~~La luz cambió de color.~~~

sábado, 13 de octubre de 2012

Encuentro con la estrella invitada: Fátima Vila

La Estrella Invitada no tiene galaxia propia. (...) A falta de espacio inherente, se cuela por rendijas ajenas (...) Es criatura cósmica fuera del espacio y el tiempo. Es cuerpo celeste que todo lo observa, que todo lo absorbe, lo lame, lo procesa. Espera, examina, interpreta.

Así es Fátima, así es la estrella invitada que se va a colar (con mucho gusto por nuestra parte) en persona en el Club de Lecturas Libres. Fátima Vila es autora de la recopilación de relatos "La Estrella Invitada" y nos visitará el próximo martes 16 de octubre en el centro Box junto a nuestros compañeros del Colectivo Letras Libres. Y es que en el club, hemos estado leyendo, examinando e interpretando todos y cada uno de los relatos durante este verano. Hemos visto la maestría con la que Fátima contempla, absorbe, procesa la vida cotidiana, el amor, el sexo, los prejuicios, la hipocresía social, los compromisos, los entendidos malos, buenos y dobles, y cómo impregna la estela de su particular mirada en todo lo que narra. Le hemos sacado tanta punta al libro que seguro que nos va a faltar tiempo para comentarlo todo en esta cita.

Podremos hacer cualquier pregunta que se nos ocurra sobre los textos o sobre su experiencia como escritora, y podremos dejarle comentarios como los que aparecen al final de cada relato (¿estarán presentes Nora y Hacker en el encuentro? quién sabe...). Y es que los relatos proceden del blog de Fátima de ahí el formato de bitácora que tiene el libro. Como siempre en las citas de Letras Libres, el encuentro estará abierto a todo el público que quiera asistir, de forma libre y gratuita.

Estas, y seguramente otras más, cositas especiales viviremos este martes 16 en la Box a las 19 horas de la tarde si las estrellas (invitadas) nos amparan.

martes, 9 de octubre de 2012

Detectives Salvajes

"He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación. Mejor así."

Juan García Madero no sabía muy bien en qué consistía eso del realismo visceral cuando recibió la invitación. Yo tampoco. Él tenía 17 años y estaba en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo andaba por los veintitrés y había terminado la de Humanidades. Acababa de darme un varapalo con la realidad pues había suspendido un máster de Patrimonio Histórico (en mayúsculas curriculares y monetarias) que en el fondo nunca quise hacer. Necesitaba encontrarme a mí mismo y a un círculo en el que integrarme. Así que empecé por algo que en aquel momento, quizá egoístamente, creía que podía darme reconocimiento, quién sabe si fama, y buenas amistades, quién sabe si alguna relación.

De entonces hasta ahora ha habido un poco de todo, menos lo de la fama, aunque nada en la forma que yo esperaba. Sigo sin saber lo que es el realismo visceral pero por suerte conocí al grupo de invitados. Los Detectives Salvajes nos hacíamos llamar (y nos hacemos aunque cada uno ande por su peculiar vericueto y las reuniones evidentemente estén forzadas a ser muy esporádicas). Investigadores clandestinos que en vez de encontrar al sospechoso, buscamos, escogemos y perseguimos a la víctima. Estudiamos cada uno de sus pasos, observamos de forma sigilosa y metódica. Si somos descubiertos, el cuento acaba y eso es lo último que queremos. Preferimos contemplar el suceso, analizamos cada impulso, cada tic, no nos importa dejar pasar el tiempo porque sabemos que en cualquier momento podemos ver saltar la chispa, el hilo del que tirar para armar la trama. En vez de resolver casos, los creamos con nuestra presencia de observadores infiltrados, de voyeur pacientes... La clave del misterio está en nosotros.

Hasta dónde sé, ahora cada Detective Salvaje lleva casos diferentes. Perdí la pista de algunos de nosotros, la clandestinidad no permite prolongar los encuentros. Nuestro estado me impide revelar todo lo que sé, pero para su consuelo, querido lector, sí puedo dejar algunas pistas. Frases que me llegaron fragmentariamente, algún confidente anónimo, alguna nota que alguien se olvidó intencionadamente. Son estas: velocidad literaria, universidad, saturno aburrido, Antonio Gala, Cádiz, congrios voladores, filosofía, café y chocolate, sacapuntas, letras, tangos, Roberto Bolaño y Paul Auster fueron subiendo en cada puerto y hablaban distintos idiomas, Cortázar, Cortázar, Cortázar, ship brothers, chivos, flores y marinos... No les dice mucho ¿verdad? ¿O sí?

Según uno de nuestros preceptos, el del iceberg, sólo podemos mostrar "el pico" y no la gran montaña subacuática. Así que tendrá que ser usted quién resuelva el misterio, quizá ahora, quizá dentro de un mes, dos años, cinco minutos. Quizá para entonces yo ya sepa lo que es el realismo visceral. Quizá sea lo que estoy haciendo ahora.

PD: Lo que sí usted sabe ya, querido lector, es que podemos estar observándole. Puede que ahora mismo. Quizá usted sea la siguiente víctima.

sábado, 6 de octubre de 2012

Personas Lectoras para la Libertad

Mas con la lengua muerta y fria en la boca, 
pienso mover la voz a ti debida, 
libre mi alma de su estrecha roca 
(Garcilaso)

Para la libertad sangro, lucho y pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos

(Miguel Hernández)

Dicen que leer nos hace libres. Si es así, la asociación de Personas Lectoras de Cádiz lleva ya varios años trabajando por un mundo más libre, más humano, más rico. El principal de sus objetivos es llevar la lectura a aquellas personas que por temas de salud no pueden disfrutar de ella y quieren hacerlo. Igualmente, ayudan a acercarse al mundo lector a colectivos que, por unas circunstancias u otras, viven una situación de marginalidad y no han podido conocer las virtudes y beneficios de la literatura. ¿Y cómo cumplen con este propósito las Personas Lectoras? Pues a través de la palabra hablada, leyendo los textos en voz alta, pero no de cualquier forma sino usando lo que ellos llaman "lectura vinculada". Esta práctica consiste en vincularse con el texto y con la persona o personas que tienes enfrente a través de la mirada, los gestos y la voz. Mis ojos y mis manos como un árbol carnal, parafraseando a Miguel Hernández, y mis palabras "de chocolate fundido" como dice Antonio Rodríguez Menéndez (creador de la Escuela de Lectura de Madrid y padrino de este proyecto) para ilustrar el tono de voz y el ambiente de complicidad que se pretende crear con este tipo de lectura.

Os cuento mi participación como Persona Lectora si seguís el hilo...

miércoles, 3 de octubre de 2012

Cuéntame un track: Crónicas del barrio

Un par de crónicas de barrios marginales de Sevilla. Dos niños viviendo situaciones de delincuencia y drogas, dos crudos retratos de la miseria basados en la vida real. Y yo me pregunto: ¿quiénes son los malos? ¿La sociedad o los delincuentes? ¿Cumplir con las leyes de la moral nos hace buenos? Nada es blanco o negro...



martes, 2 de octubre de 2012

Cuéntame un track: Super-rappers

No hay malos muy malos ni buenos muy  buenos
fuera de los cuentos, todos se vuelven mucho más complejos

El Niño Güei es una adaptación de Superman made in Sevilla, con el sello paródico y urbanita de Zatu. Sus aventuras no discurren tanto por las estrofas (más descriptivas que narrativas) sino por el clip, deliciosa animación al estilo flash que mezcla dibujos de estética cómic con imagen real. Atención a la capa - bandera rasta y al momento brazo de la abuela. Güeinísimo.



Superhéroe de Chojin tiene visualmente ecos de Batman (sobre todo de la serie de animación de los noventa), convirtiendo Coslada en un trasunto rapero de Gotham City. La chica del prota "Inocencia" y los enemigos son personificaciones de conceptos morales y psicológicos, volviendo la historia una metáfora sobre la vida adulta y la sociedad actual, sus aristas y complejidades, la hipocresía, las contradicciones y el dilema entre el bien y el mal.



El final fue elegido por los fans entre dos opciones posibles. Aquí podéis escuchar una versión alternativa grabada a capela por el Chojin.
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