miércoles, 25 de febrero de 2009

Trasnochando...

Y que la noche sea eterna, y que gobiernen los poetas, y que la música resuene sobre cualquier metralleta




Me uno a ese lema de este grupo de vampiros libertinos, uno de los más sonados en estos carnavales. Yo me dejaría morder sin pensarlo dos veces para poder entrar a ese reino nocturno. No puedo resistirme a poneros el popurrí, un dechado de ritmo y buenas letras.

lunes, 23 de febrero de 2009

Un pito de caña… (Este post contiene premio, pero hay que leerlo entero, haced el favor, ehn?)

Un pito de caña, al caldero, viento de poniente, al caldero, vengan las murallas, al caldero, los bracitos del puente, la luna por la caleta, las torretas… y remueve, y remueve que esto se ha acabao, tacita de mis entrañas otra vez me has embrujao…

Yo diría que el carnaval de Cádiz es una mezcla de mascarada, poesía, cante y obra de teatro (comedia o tragicomedia) cargada de cantidades ingentes de ironías, dobles sentidos, crónica y crítica punzante del contexto social y político de la ciudad sobre todo, pero también del país y del mundo en general. Pero probablemente resulte una definición demasiado pretenciosa, más bien un ejercicio académico un tanto pedantorro. Así que, como es carnaval, no me voy a poner en ese plan. Blan, blan, que diría el Libi. Y diré que probablemente la receta del carnaval de Cádiz se acerque más a la que Antonio Martínez Ares diera en su comparsa El Brujo (1995) y que os cito al principio del post. Es algo especial que se da en la tacita de plata, parte de la personalidad del pueblo de Cádiz. El carnaval es un pito de caña, vestirse de mamarracho, aunque sea con dos coloretes, salir a la calle y luego allí, no hartarse nunca de coplas y papelillos, de escuchar las pamplinas de los graciosos, y disfrutar. Las agrupaciones (chirigotas, comparsas, coros, cuartetos y romanceros) que pueden verse en el concurso oficial y en la calle (durante la semana de carnaval que acaba de empezar pueden encontrarse en cualquier esquina), cantan las penas y las alegrías de la ciudad, o hablan de las pasiones del autor que son las mismas de los que les oyen (el nacimiento de un hijo, la muerte de un ser querido, los problemas de la juventud), o cuestionan con fina ironía la sociedad y la política, o ensalzan los rinconcitos de la ciudad como la playa de la Caleta, y sobre todo se cachondean de lo que haga falta, hasta de sí mismos (como botón, esas letras a la pereza crónica de los gaditanos). Son letras cargadas de sentimiento, crítica y gracia, al compás de guitarra y bombo, de la bandurria en los coros, o simplemente de los nudillos en la barra de un bar. Y son interpretadas dentro de ese segundo pellejo del gaditano que es un disfraz. Mucho arte, vamos, como diría algún profeta de por aquí…

Eso sí, desde mi posición de aficionado carnavalesco (ojo, nada de experto), quiero dar una serie de babuchazos (gaditanismo equivalente a tirón de orejas, pero doliendo más). El primer babuchazo para el chauvinismo de algunos letristas de agrupaciones a veces acaramelados hasta el empacho con la ciudad, y cierta tendencia peligrosa en los últimos años a olvidarse de los problemas que la aquejan, así como de cuestionar la política y la economía. Menos mal que sigue habiendo algunos autores que se mantienen críticos en sus letras contra esta postura. Un segundo babuchazo para los dirigentes que se empeñan en poner en práctica el plan “Pan y carnaval”, porque es cierto que hay que disfrutar con la fiesta, pero ojo con eso de comprar a las masas con carpas y cabalgatas, que por muy tacita de plata que sea Cádiz, plata entra poca (hablamos de la ciudad con más paro de Europa). Pero también un tercer babuchazo para el conformismo de muchos gaditanos. Las letrillas críticas del carnaval son un excelente caldo de cultivo que, por qué no, podría dar paso a una mayor acción social y política. Que Cádiz tiene que salir de tanta pobreza, hombre. Y un cuarto babuchazo para mí, que no me puedo aguantar, que me meto en camisa de doce varas (doce, por aquello del compás carnavalesco del tres por cuatro - ¡¡¡qué chiste más maloooooo!!!!), que acabo sacándole punta a todo. Empiezo glosando el carnaval y termino jacheando de sus cosas malas. Pero el carnaval es eso. Miren si no: disfrazarse es convertirse en otro, olvidarse de los prejuicios sociales, ver las cosas desde otros puntos de vista. Es poder cuestionarlo todo, la libertad pura y dura. Es reírse de uno mismo… pero también cuestionarse a uno mismo. Me parece a mí, vamos. Ay! Carnaval, Carnavaaaaaaaal!!! Carnaval te quieroooo… Como decía el Peña, no tirarme bocadillos de jamón, que me puedo mosquear…

Babuchazo de bonificación para las incontinencias y los incontinentes uréticos callejeros. El que lo coja pa él.

… … …

Veredicto del jurado equilibrado: En la ciudad de Cádiz, faltando un cuartito de hora pa las diez, el jurado decide otorgar el primer premio a todos los que hayan aguantado hasta aquí este post tan largo. Y al que no lo haya hecho, ya lo cogeré en la calle… tarde o temprano… Y al que se haya saltado todo el texto hasta el final buscando el premio, (sí, sí, tú, que te crees que no me doy cuenta), ya lo cogeré también… Que no hombre, que no… que es broma, que estamo en carnaval.
Para los ganadores... que nooooo, que es para todo el mundo, aquí está el premio: este lote carnavalesco. A disfrutarlo:

















Espero que os haya gustado. Pronto más (bueno, si tengo tiempo)...

lunes, 16 de febrero de 2009

Dosssss...



Dos no es un valor
es el susurro de unos besos,
un siseo bajo la ropa,
el silbido de un tren
que hace paradas caprichosas.
Dos, ese valor
más amable y transigente
que el tiempo y que el uno…

sábado, 14 de febrero de 2009

La Carta de San Valentín de Cani


-Quillo, pero entonces ¿tú estás seguro de que vive ahí, no?
-Que sí, Paquito. Me lo ha dicho er Kunta que conoce al pare: en el cuarto B del bloque tercero. Tranquilo, que vas a triunfar. Que yo de esto entiendo. A vé, te voy a dictar la carta. Apunta:
Para la tía más guapa de Fuente Amarga City. Niña, es que te veo pasá y se me sube la bilirrubina, que te veo subí por las escalera con esa fardita que te pone y esa melena rizá… Me se caen los pelo del sombrajo, Pepi de mis entretela, es que no puedo más
-Cani, ¿qué dise? pero si yo no hablo así, quillo.
-Pero Paquito, ¿qué habla tú, ni ná? ¿Tú qué habla? Que se te va toa la parla con los juegos de la guein boy y con las matemáticas, quillo… ¿Que le va a desí tú a esa niña? Porque mira lo que tú querías ponerle… ¿Eso qué mariconadas son, chiquillo? Que si me gustaría verte y pasear contigo, que si siento una cosa fuerte en el pecho cuando te hablo, que si no te lo tomes a mal… las tías no les va ese rollo… A las tías, hay que entrarle con fuerza, enverearla bien, que un jiji y un jaja hase más que tó esas pamplina. Por eso te digo que en vez de la carta es más fasi que le entres der tirón, que yo te ayudo…
-Que no, Cani, que no, que a mí me da mucha vergüenza, que yo me quedo en blanco y no sé que decirle. Mejó, vamo a dejarlo… Si se va a cachondeá de mí…
-Anda, anda… Calla y sigue copiando:
Dirás que te extraña esta carta, pero yo sé que la estabas esperando. Que me he dao cuenta, mujé, que no soy tonto. Que cuando yo paso y tú estás con la Paqui charlando en el patio de los naranjos amarguillos, yo te miro a ti y tú me miras a mí, y tú me pone esa sonrisilla que pones tú. Y entonse yo escucho a la Paqui que te dise mu bajito: “Ahí está el niño ese que te está mirando otra vé” Y entonse tú mirá p’abajo y te pone colorá, y dises “a mí no, a mí no, anda ya…” No te escondá, no te corte conmigo mujer.
-Pero, Cani, si eso no ha pasao nunca…
-No te habrá pasao a ti… Pero tú no sabe de la misa ni la media, retaco… Que tiene siempre la cabeza en las ecuacione.
-Cani, ¿qué estás insinuando? Pero si tú ere un pureta… ¿Cómo se va a fijá en ti?
-Vale, vale, Leonardo di Caprio. Escucha, que ya farta poco… “Desde que éramos chico yo ya te tenía echao el ojo. Desde que estábamo en los parvulito. El primer día. Me acuerdo que tú estabas llorando porque el saborío del Ramiro te había quitao la plastilina. Y yo te escuche y me fui para él, y al final… te empresté la mía. Y entonces tú te arremangaste las lágrima, y te empezaste a reír, y yo por primera vé te vi esa boca y esos dientes, esos ojos azules brillante y esa melena. Que tú dirá qué es tontería, pero te juro que fue desde entonse, desde ese momento que me quedé prendaíto. Así me tienes, hasta las entraña. Esta tarde a las seis nos vemos en el patio. Ven sola… Un beso… Tu admirador secreto, er Cani, digo… er Paquito
-¿Admirador secreto? Tú qué quiere que se cachondee de mí pa to la vida, ¿no? ¿Y qué está disiendo de la plastilina? Anda, qué imaginación, Cani. Te lo está inventando tó…
-Tó no, Paquito, tó no. Tó esto es verídico. Fruto de mi experiensia vital. Anda, anda, ya me lo agradeserás y no sea más jivia. Con esto, una caja de bombones del carrefú y un ramo de rosas de ahí del arriate…
-Anda Cani, mejor vamos a dejarlo. Que eres más antiguo que los ladrillo de la iglesia del Carmen…
-Tú sigue, sigue así, Paquito, que al finá, de tanto darle a escondías a aquello en el cuarto baño ya sabes lo que pasa, ¿no? Que te queas ciego… y luego no ves cómo son las cosas…
-Así estás tú, Cani, así estás tú…


Foticos:
Más deliciosas chorradas de San Valentín:

sábado, 7 de febrero de 2009

De Saturno a Júpiter

De Saturno a Júpiter
de un mundo a otro
Vidas que confluyen
boletos de una rifa

Quizá cuerdas que nos unen
como el trazo invisible
que dibuja las constelaciones

Equilibrios del azar
en la galaxia colmena
tan madeja de araña
jardín de edén flotante
laberinto y ratonera




Y sin embargo,
¡cuántos años luz de soledad y vacío
rodean cada estrella!

Fotos
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