Saludos señoras, señores, niñas y niños. Como siempre yo soy el tercero. El que ordenó nuestros nombres me puso a mí en el número 3, vaya usted a saber por qué. Soy el Rey Mago Baltasar e igual que mis compañeros, le he regalado a David, a Equilibrista, la posibilidad de entregarse a sus recuerdos. Se podría decir que le he concedido un deseo que hace tiempo deseaba cumplir.
Este deseo, este regalo, le llevará (y os llevará si así lo queréis) por varios mundos. Mundos que huelen a viruta de lápiz alpino, a cuaderno Rubio, a churretón de chocolate de bollycao, a leche, a césped y a fresas, a colonia Nenuco, a palomitas, a monopatines y a ruedas de coche de juguete... Y también saben, saben a muchas cosas más: a utopía, a sueño, a chispazos, a imaginación, a miedo, a futuro y a fantasía. Yo sé que Equilibrista espera con ganas que disfrutéis y os deleitéis con ello y va a hacer lo posible para poner la historia en vuestros corazones. La historia está a sólo un salto de camello a la cuerda...