sábado, 31 de enero de 2009

Rastros en la niebla (I): Noche azul

Ocurrió una noche. La luna estaba derramándose en una niebla espesa. Un viento azul desordenaba sus cabellos y pellizcaba sus brazos desnudos. Un tambor celestial tocaba un arrebato de deseos furtivos y pasiones encumbradas. Pero su silueta se fue difuminando hasta desaparecer, dejando sólo un rescoldo vaporoso clavado en la penumbra. ¿De verdad era ella?

domingo, 25 de enero de 2009

Concurso El Fuego

La invitación de mi amigo Jose María desde su blog Rincón de la imaginación me permite participar en el concurso que organiza el blog de Araque: Mezclado, no agitado. El premio consiste nada menos que en un ejemplar de la novela El Fuego autografiada por su autora Katherine Neville, que será sorteada el 14 de febrero entre todos los que: 1- reciban la invitación, 2- difundan este meme en su blog invitando a tres amigos y 3- dejen un comentario en la web del concurso. En ese enlace que os dejo podéis consultar las bases, el desarrollo del concurso y los requisitos para entrar en el sorteo.

Ahora me dispongo a invitar a tres de mis amigos blogeros para que puedan participar. Los elegidos son: Raquelilla de Mis Metáforas, Muxica de Momentos de ternura, y Ana de Sueños Felinos. Ahora podéis invitar a tres de vuestros allegados para que continúen la cadena. (Nota: si alguno no puede participar o no le interesa, no hay problema ninguno, comunicádmelo y así busco un sustituto) Edito: ver comentario nº 10

A ver… publicar un post sobre el concurso, hecho, invitar a tres compis, hecho, dejar un comentario… … … hecho. Creo que lo he hecho bien XD

Un abrazo y mucha suerte!!!!

lunes, 19 de enero de 2009

El hombre del misterio

Es curioso, el día se ha levantado oscuro, la lluvia inunda mi ventana mientras escribo estas líneas. Las gotas golpean con fuerza, como si gritaran con resonancia lastimera un lamento del pasado. Quizá esto sea por algo que ocurrió exactamente hace doscientos años. En un lugar de Norteamérica, cerca del mar, no sé si allí llovía también, nació un niño cuyo nombre sobreviviría al paso del tiempo, un hombre que quedaría siempre encadenado al misterio.

Me pregunto si hay fuerzas que se conjuran en ciertos días, como aquel diecinueve de enero de hace dos siglos, preparando lo que está por venir. O quizás todo sea producto de mi imaginación en este día lluvioso. Quizá la historia de los hombres es simplemente el fruto de la maraña azarosa del devenir. De hecho, no sé si esas supuestas fuerzas se percataron realmente del acontecimiento. Porque más allá de sus padres, dos humildes actores de teatro, pocos conocieron la noticia del nacimiento de ese niño.

Desde ese día, la vida de este personaje cumplió con el itinerario vital de los románticos pues estuvo marcada por acontecimientos trágicos: la pérdida de sus padres, siendo niño; la adopción por parte de un acaudalado comerciante, que le dio su primer apellido y acomodo económico pero al que le unió siempre una relación conflictiva; su paso por el ejército; la muerte de las tres esposas que tuvo; sus vueltas con el alcohol, fuente de placer, evasión y desahogo, pero también de problemas…

Quizá por todo eso este hombre buscó un refugio, estableció un objetivo en su mente: vivir como escritor. Se dedicó a la literatura e intentó siempre ganarse la vida escribiendo. Pero en la época no era fácil, no era algo común y estaba mal pagado, y aunque obtuvo cierto prestigio gracias a sus colaboraciones en los periódicos, las dificultades económicas, y la soledad, le acabaron sumergiendo en una vorágine que no encontró final hasta su muerte una noche cuarenta años después de aquel diecinueve de enero. Murió solo, alcoholizado y en una calle oscura.

Sin embargo cuando la niebla cubre la ciudad, cuando cae la lluvia y los relámpagos desgarran la noche, cuando los árboles desnudos como manos huesudas de esqueleto pueblan un páramo solitario, cuando un vagabundo grotesco y misterioso sale de un callejón, cuando salta la noticia de un asesinato cruento y de culpables desconocidos, en cada uno de esos momentos, se recuerda al hombre que nos atañe.

Así las cosas, no sé si el destino, o las fuerzas ocultas, habían dispuesto todo aquello de antemano. Porque la vida de este personaje podría haber sido escrita perfectamente en uno de sus relatos. Es posible, quién sabe, que los hados tuvieran preparado algo distinto, y al rebelarse contra ello, el hombre se precipitó a sí mismo a un abismo, a un agujero negro implacable, aunque deseado. Y aquello alteró la historia y a los individuos que estarían por venir, pues los relatos mágicos e intrigantes que escribió abrieron un camino que muchos otros iban a seguir. Y el eco de esos cuentos seguiría resonando cada vez que la lluvia golpea en las ventanas. O quizás no, quizás todo sea, ya digo, mi imaginación.
Ha dejado de llover.
(Escrito en la mañana del 19-01-2009)
Imágenes: Enigma, Gustave Doré, Casa en Fordham, The Raven, Gustave Doré

The Raven

Os habréis imaginado ya quién es el hombre del misterio del post de arriba. Os dejo con The Raven (El Cuervo), un poema suyo, de 1845.

Una vez, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, se oyó de súbito un leve golpe, como si suavemente tocaran, tocaran a la puerta de mi cuarto.“Es —dije musitando— un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto. Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre; espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo; angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor. Dolor por la pérdida de Leonora, la única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre.

(…)

De un golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo; y con aires de gran señor o de gran damafue a posarse en el busto de Palas,sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano tornó mis tristes fantasías en una sonrisa con el grave y severo decoro del aspecto de que se revestía. “Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—, no serás un cobarde, hórrido cuervo vetusto y amenazador. Evadido de la ribera nocturna. ¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!” Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

The Raven, de The Alan Parsons Project, del álbum Tales of Mistery and Imagination, dedicado al escritor de Boston.



Y con un toque más cachondo (y friki), El Cuervo en uno de los episodios de Los Simpsons.

sábado, 17 de enero de 2009

La mecedora

La mecedora siempre ha cumplido el mismo trabajo, servir de depósito. Ahora acumula la pila de ropa recogida y antes la almacenaba a ella. Será que han pasado muchos años pero ya sólo puedo recordarla así. Sólo puedo imaginarme una montaña de carne arrugada, derramada en la mecedora y envuelta en tela oscura. En lo más alto un matojo gris, triste y seco, más abajo tres verrugas crecidas en piel menguante y desinflada, dos surcos negros bajo los ojos, barbecho en vida, y una sonrisa lacerada. Y sin embargo todas las mañanas, iba hacia ella con pasitos cortos y tímidos, me estiraba de puntillas y al hacerlo oía el rechinar de las juntas de la mecedora como escalofríos de la madera, la savia todavía latente en los resquicios de las astillas, a pesar de los clavos enquistados y manchados de óxido. Entonces me acercaba a su rostro…

Y la besaba.


...
La foto y el retoque son míos.

jueves, 15 de enero de 2009

Ochenta velas encendidas en Moulinsart


Ochenta años nada menos hacen ya de que el pequeño reportero de Le Pétit Vingtiéme partiera a su primera aventura. Ochenta años de emociones e intrigas por todos los continentes del globo e incluso más allá de él. Tintín nació un 10 de enero de 1929 en Bélgica, tierra de su padre Georges Remi, Hergé, en las páginas del citado semanario. Y desde entonces hasta hoy lleva divirtiendo a varias generaciones de fieles seguidores (niños, no tan niños, y no tan no tan niños) y a quien alguna vez se acerca a sus historias. Desde aquella primeriza, y un tanto improvisada, aventura en el País de los Soviets hasta sus odiseas más clásicas en El Templo del Sol, en el mundo submarino tras El Tesoro de Rackham el Rojo, o hasta la mismísima luna antes incluso que Neil Armstrong (en Objetivo: la luna y Aterrizaje en la luna). Sus frenéticas tramas no dejan un instante al lector para tomar aire, que se ve transportado ya en las primeras páginas en la búsqueda de un fetiche desaparecido, tras la pista de un asesino, o en un viaje a tierras exóticas. Referente contemporáneo de las historias de aventuras, el rastro de la influencia de Tintín puede olisquearse en el cine, por ejemplo en algunas películas de Hitchcock como Con la muerte en los talones, o en la saga de Indiana Jones de Spielberg -que rodará la versión fílmica de Tintín-. En cuanto al dibujo, Hergé (quizá el mayor gurú que ha tenido el cómic europeo, de forma similar a Osamu Tezuka en Japón o Will Eisner en EEUU) estandarizó el estilo de la línea clara y cultivó un realismo rayano en el fetichismo a la hora de representar los escenarios y los objetos. Los edificios, monumentos, vehículos, trajes, estatuillas o cuadros que aparecen en sus viñetas son recreados de forma minuciosa, fruto de una meticulosa labor de documentación gráfica e histórica. Y ello es producto del amor por el detalle del autor y su deseo de dotar de verosimilitud a las historias.

En sus aventuras han acompañado a Tintín personajes inolvidables: el adorable e irónico Milú, el inefable gruñón Haddock, el bonachón profesor Tornasol, la peculiar diva Castafiore, y también Hernández y Fernández (y yo aún diría más: también Hernández y Fernández), etc. Tintín vivió todo tipo de peripecias épicas: se enfrentó a gángsters, se encontró en medio de guerras y revoluciones, buscó ídolos ancestrales en lugares indómitos como las montañas del Tíbet o la selva amazónica, descubrió civilizaciones perdidas… Siguiendo a Joaquín Luna (en su artículo Tintín y la historia del siglo XX, en la revista Vanguardia- v. bibliografía) pasearse por las viñetas de Tintín es también pasearse por la historia, vivencias, inquietudes y aflicciones del hombre en el siglo XX: la guerra y las políticas dictatoriales en El Cetro de Ottokar, los gobiernos militares de Sudamérica en Tintín y los pícaros, la problemática energética del petróleo en Tintín en el país del Oro Negro, los viajes al espacio en Objetivo: la luna. En estos casos el dibujante belga se anticipó a su tiempo y de hecho vemos que el eco de muchos de estos temas sigue resonando en la actualidad.

Pero Tintín y Hergé no han estado ajenos a la polémica. Los críticos y comentaristas han apuntado a la ambigua ideología del autor belga. En las primeras obras de Tintín se observan tintes proimperialistas (Tintín en el Congo) o una propaganda anticomunista bastante evidente (Tintín en el país de los soviets). Además a Hergé se le tachó de conformista y colaboracionista durante la invasión nazi por permanecer en Bélgica trabajando para Le Soir, periódico que se volvió proalemán. Es conocida también su formación conservadora y la influencia del ultraderechista abate Norbert Wallez, creador de Le Pétit Vingtiéme, en el joven Hergé. Sin embargo, en obras posteriores el autor da muestras de una postura antitotalitaria (el villano Müsstler -Mussolini + Hitler- de El Cetro de Ottokar), pacifista (El Loto Azul), antiesclavista (Stock de Coque) o en contra de la opresión, el tráfico de drogas o las dictaduras militares. Una teoría dominante entre los aficionados atribuye las ideas del primer Hergé a errores de juventud, ocasionados por la influencia de personas cercanas a él o de las circunstancias de la época. Luego, en su etapa de madurez, el autor modificó las nuevas versiones de los primeros álbumes, renegando de las anteriores. Otra corriente más crítica habla de que ese viraje ideológico fue oportunista e interesado dada la nueva situación de posguerra. Parece claro que la personalidad de Hergé fue compleja y llena de aristas.
Pero Tintín no es, en esencia, un cómic político (a pesar de los guiños y referencias a la realidad que aparecen en sus historias) sino un cómic de aventuras y francamente, toda esta agria polémica queda en segundo plano cuando uno se mete de lleno en una aventura del joven reportero. Porque lo que es innegable es la habilidad de Hergé para contar historias, para dejarnos enganchados del principio al final de cada álbum y una vez terminado no poder esperar al siguiente. Porque Tintín, 25 años después de la muerte de su creador, sigue y seguirá atrayendo a las nuevas generaciones gracias al inagotable aroma de misterio, acción y aventura que desprenden sus historias. Porque por algo es el cómic más vendido de la historia, y un álbum se vende cada tres minutos en algún lugar del planeta. Por todo eso dejo aquí mi humilde homenaje, mi pequeño regalo de 80º aniversario. Felicidades y gracias a Tintín y a Hergé por hacernos disfrutar durante tantos años.
PD: He descubierto que “Equilibrista” es uno de los tantos insultos que emplea el capitán Haddock (según el diccionario de El Ilustre Haddock de Albert Algoud – ed. española en Norma, 1999). ¿Cómo creéis que debo sentirme?... Orgulloso, por supuesto, sería un auténtico dinamitero, un polígrafo y un megaciclo si no fuera así. ¡Por mil millones de naufragios!

Bibliografía y Referencias Web:
VVAA, Tintín vive, Cien años del nacimiento de Hergé, Vanguardia, Grandes Temas nº 03, abril de 2007
ALGOUD, Albert, El Ilustre Haddock, Norma, 1999
BAUDSON Y OTROS, El Museo Imaginario de Tintín, Juventud, 1982
FONTES, Ignacio, Tintín, Ese Soi Disant Periodista, Tebeosfera,
http://www.tebeosfera.com/1/Documento/Articulo/Herge/Tintin.htm#UNO
HERMOSO, Borja, Tintín, un setentón multimillonario con un padre «facha», El Mundo, 10-1-1999,
http://www.elmundo.es/1999/01/10/cultura/10N0085.html
“CHENKO”, Ideología en el cómic europeo, 150% Freak,
http://www.150freak.com/2007/03/ideologa-en-el-cmic-europeo.html
Imágenes: El Templo del Sol, Los Cigarros del Faraón, Aterrizaje en la Luna, Tintín en el País de los Soviets, Tintín en el País del Oro Negro

Gracias a mi tío, que es el auténtico tintinólogo en mi casa, mi fuente de saber sobre el personaje y su proyección, así como mi vía de acceso a la bibliografía y material diverso –álbumes, monográficos, reproducciones, figuritas y demás fetiches de su colección.

viernes, 9 de enero de 2009

Las aristas de la lacería

En esta ciudad, en sus callejones, se arrebujan hoy y ayer las huellas de pisadas morenas, blancas, sucias, limpias, enamoradas, tristes, negras, rubias, cálidas, frías, tranquilas, presurosas. Este laberinto caprichoso, a veces roca, a veces piedra o asfalto, hojas o tejas, luz o neón, este laberinto seductor como la danza geométrica de las lacerías hipnotiza con sus esquinas y sus cuestas. Y en el final de la madeja, en lo alto, un balcón muestra el tapiz pletórico de cielo, río, montañas, casas, palacios y jardines que la ciudad con los años, como una anciana silenciosa, ha ido tejiendo.
En esta ciudad, en sus paseos, entre los árboles, parece oírse la música lujuriosa de los vientres de azahar que bailaban fundiéndose con el ritmo sibilino del agua. Agua que se asoma, traviesa, por todas partes, en el río, en las fuentes y en los estanques de sensuales peces. Estanques que adornan su viejo mercado, donde el tiempo se descorre por la arena que cae de los arcos.
En esta ciudad, en su cielo, cuentan que un poeta se arrullaba con la luna por las noches y los dos se cambiaban miradas transparentes que él posaba en las esquinas de sus versos. Pero ella un día tuvo que llorar rojo y pólvora, y las lágrimas caían tristes sobre el muro eterno de sus letras.

En esta ciudad, por sus avenidas, camino yo también ahora...
Y yo también miro al cielo y me asomo a la ciudad por la noche y creo ver en las suaves estrellas, en la serena historia de piedra, en las murallas, en los alcázares y en las callejuelas, en las aristas de la lacería, el paseo silencioso de las gentes y la memoria...
(De mi viaje por tierras granadinas durante estas pasadas navidades)
Fotos mías

martes, 6 de enero de 2009

Reyes Magos


Tengo que cerrar mi trilogía de post navideños. Primero, Navidad, luego, Fin de año… y para terminar, Reyes. Pero como hoy no tengo mucho tiempo para escribir porque hoy toca jugar con los regalos (jijiji), voy a contaros en un minipost lo que me han dejado Melchor, Gaspar y Baltasar. Lo cierto es que sus majestades se han portado bien (y eso que el whisky que les dejé era de garrafón). Para empezar La Trilogía de Nueva York, de mi apreciado Paul Auster, con las tres novelas: Ciudad de Cristal (ya la había leído antes y me encantó, os lo recomiendo a quienes no lo hayáis hecho), Fantasmas y La habitación cerrada. Luego música, el cd Vidas, de Pedro Guerra, (también os lo recomiendo, bellos versos y sones de este cantantautor canario). El juego Dragon Quest para PS2 y una figura de la prota, el Hero Scape, juego de rol de tablero (habrá que estrenarlo en una partida con mis compis de la Escuela de letras libres: Raquelilla, Pedro, Jose María, Eva, Berta, etc…- ¿listos para una nueva horda de monstruos?). Un móvil nuevo, que ya me iba haciendo falta (al viejo le duraba la batería media hora) tuneable y hasta con tv y radio (que todavía no he logrado descifrar como se pone). Y más cosas: una bufanda, una chaqueta, una manta, una cartera, un pijama… El libro de la sabiduría de Homer (mosquis) y figuras de Los Simpsons (otra de mis filias) y también de Saint Seiya... Y espero que también me hayan traído inspiración para este año…

Sí, sí, ya sé lo que estáis pensando, que tanto criticar de la navidad y al final lo bien que he escapado. Si es que… estos reyes magos son unos incoherentes… unos desequilibrados, vaya, jejejeje... No, en serio, espero que todos hayáis recibido buenos regalos, esos que están hechos con cariño e ilusión que es lo importante. Un abrazo!
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