lunes, 19 de enero de 2009

The Raven

Os habréis imaginado ya quién es el hombre del misterio del post de arriba. Os dejo con The Raven (El Cuervo), un poema suyo, de 1845.

Una vez, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, se oyó de súbito un leve golpe, como si suavemente tocaran, tocaran a la puerta de mi cuarto.“Es —dije musitando— un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto. Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre; espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo; angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor. Dolor por la pérdida de Leonora, la única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre.

(…)

De un golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo; y con aires de gran señor o de gran damafue a posarse en el busto de Palas,sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano tornó mis tristes fantasías en una sonrisa con el grave y severo decoro del aspecto de que se revestía. “Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—, no serás un cobarde, hórrido cuervo vetusto y amenazador. Evadido de la ribera nocturna. ¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!” Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

The Raven, de The Alan Parsons Project, del álbum Tales of Mistery and Imagination, dedicado al escritor de Boston.



Y con un toque más cachondo (y friki), El Cuervo en uno de los episodios de Los Simpsons.

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