domingo, 10 de octubre de 2010

Felicidades o Gracias

Felicidades... o quizá debería decir gracias. En realidad, no hacía falta que dijera nada. Todo esto es un ejercicio egoísta (sabes que asi somos los humanos). Y las palabras... las palabras se las lleva el viento. Igual que toda esa cháchara que suelto para mimarte, o para pedirte que te acerques, o que no hagas eso o lo otro. Como si sirvieran de algo las palabras. Todas esas tonterías que os decimos los humanos, y que vosotros no entendéis. Es cierto, el libro de Mark Rowlands, "El Filósofo y el Lobo", me ha influenciado mucho. Me ha dejado un regusto misántropo en el paladar de la razón. Me hace pensar que los animales valéis más la pena que nosotros.

Pero tú no sabes nada de libros. Podría imaginarme que eres como Firmin, la rata sobre la que escribió Sam Savage, que sabía leer y devoraba libros y libros sin parar, y que iba al cine y se creía Fred Astaire.  Te imagino soltando algún comentario sarcástico sobre mi condición de humano charlatán. Pero en verdad tú no sabes de eso, no entiendes las palabras. Tampoco sabes de que hoy cumples nueve años (en realidad fue ayer, ya ha pasado la medianoche, y ya sabes cómo son de estrictas las convenciones humanas). Ni tampoco sabes lo que es vivir, nacer, crecer o morir. Son conceptos de la mente humana... En cambio sí entiendes del cariño, de la lealtad incondicional, del imperativo del instinto, sincero, libre de máscaras, de la fuerza que fluye entre tus colmillos y tus garras, de la energía que corretea por tu sangre. Y entiendes que los ojos brillantes llenan platos y que los ladridos abren puertas. Lo que ocurre es que jamás te planteas nada de eso. Te limitas a vivir. Momento tras momento... No sabes la envidia que me das. 

Claro que si no vas a entender nada y si tanto envidio yo esa sencillez de tu vida, ¿qué necesidad había de escribir todo esto? ¿qué necesidad de convertirte en interlocutora de unas palabras que no vas a entender? ¿qué necesidad de enseñarlo impúdicamente en este blog? ¿Con quién hablo si no conmigo mismo? Es cierto. Me puede mi egoísmo de humano, o de simio como dice Mark. En el fondo sigo queriendo ir más allá, pervivir antes que vivir, razonar antes que actuar, pensar antes que ser. Sigo haciendo las cosas como un humano, esperando el aplauso, la felicitación de los demás. Las palabras son máscaras y todo lo que pueda escribirte se me antoja una mezcla de pretenciosidad y ñoñería. Incluso después de publicar este post, me va a seguir quedando la duda de si debería haberlo hecho.

Lo sé, bastaba con hacer lo mismo de todos los días: jugar, acariciarte, llevarte a pasear... Vivir. Actuar. Ser. Así que será difícil, pues para el cerebro de un humano es un caramelo apetitoso el montarse imágenes  y crear personajes de los seres que le rodean. Será difícil y no sé si los que lean esto acabarán de entenderlo, pero lo mejor es que dejemos que estas palabras se las lleve el viento.
 
Felicidades no. Gracias. Que el viento se lleve todas las palabras menos estas tres: Te quiero mucho.

9 comentarios:

Rafael López Azuaga dijo...

Muy bonito, me ha gustado. A mí también me gusta recordar a todos los animalitos que tuve, como ya verías en mi blog. Me alegra ver que, con el paso de los años, nunca te olvidas de tu amiguito peludo y que le tienes tanto cariño como el primer día y que juegas con él y le dedicas escritos como éste. Ráscale la barriguita de mi parte como felicitación. Saludos.

Equilibrista dijo...

Gracias Rafa!

Lo haré!

Noelplebeyo dijo...

pues felicidades a ambos...que os sienten bien vuestros respectivos platos ( no los mezcles )

Unknown dijo...

Equilibrista...me gusta que hagas lo que quieras. Escribir, felicitar a tu perra amiga, contárnoslo, no decirlo...
Me gusta que las palabras se las lleve el viento, el mar o la madrugada...
Pero me quedo con lo de ser en vez de pensar,actuar antes que razonar. Y si me equivoco, ya lo arreglaré o no. Aprenderé o no. Siempre vivir,jamás pervivir. Ni siquiera sabía que existía esa palabra.
Este equilibrista que está naciendo me gusta, y mucho.

Besos circenses

Carmen dijo...

Me encantan los animales, adoro a los perro y me enorgullece tener amigos como tú que demuestran sensibilidad por estas personitas tan auténticas.

Dale un besito de mi parte a canelilla, y otro para ti.

loose dijo...

Me has emocionado, niño.
A mí me pasa igual. Todo lo que he leído, me lo he dicho a mí misma muchísimas veces mirando al fierecilla de mi Nicolás. Es increíble cómo los animales son capaces de darnos una lección de cómo dejarnos llevar por nuestra Esencia porque es la única manera de que los humanos podramos vivir en libertad y desde el amor o la incondicionalidad hacia todo lo que nos hace crecer como personas, a todo lo que nos rodea, conectados con el Uno como lo denomina Lao Tse.

Un besito y felicidades al bichillo.

Cuenticiente dijo...

Grandes las personas que quieren a los animales...
Aunque es fácil quererlos, no tienen dobleces.
Es una perrita preciosa.
Un abrazo, amigo.

María Dolores dijo...

Me han encantado todas esas reflexiones y mucho más la forma en que las compartes. A mí a veces me han perdido los sentimientos o pensamientos, pero las que me han hecho caer de verdad han sido las palabras, tanto las emitidas como las recibidas. Creo sinceramente que son potentes armas que tanto te pueden llevar a la razón como ejercer de mecanismo de defensa y entrar en una guerra dialéctica que puede ir más allá de la razón. Esto es lo que pienso en este momento. Me están empezando a gustar los animales, me asustaban, no lo niego, ayudas con tu extraordinaria exposición a que me asusten un poco más las personas e incluso yo misma.

Si pudiera prescindir en este momento de la palabra te dibujaría una sonrisa, acompañada de una mirada de complicidad y entre las dos tu entenderías mis muchísimas gracias.

Besos,

Loli.

María Dolores dijo...

Ya ves, me han perdido las palabras, he escrito razón dos veces muy seguidas.

Loli.

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