martes, 4 de agosto de 2009

Rastros en la niebla IV: Encadenado a un espejo

Hace tiempo que perdí la noción del rumor de mis pasos. Por eso sé que no van a darse cuenta. Es viernes, la noche está sentada y suena el último aviso. Levito por los pasillos vacíos bajo la luz blanca y helada. Las aulas comparten ya el neblinoso acento de la noche. Oscuras, sin los ojos atentos tras la procesión de trazos blancos en las pizarras. Esbozo un dibujo fantasmal de la clase. Buscando un espejo.


En estos momentos, siento que estoy encadenado al sórdido poema a medio escribir en los baños, al humo de la colilla tirada en el suelo, esposado a la tinta descorrida en los mensajes escritos en las mesas, atado a unos labios rojos y lascivos. Vivo en el aliento de la sangre que corre ahora caliente y terco por las paredes sucias… Ya se marchan los últimos, los que quedan, quizá para mí los únicos del mundo. De entre ellos, los guardianes han revisado minuciosamente cada recoveco de aulas, cafetería, salas de congreso, baños, pasillos. Pero yo sigo aquí. Buscando espejos. Ellos no lo saben.

Las luces se apagan. Me desvanezco.

5 comentarios:

Raquelilla dijo...

Vaya fantasmilla de instituto más poético, me ha encantao, seguro que de esa manera se sienten muchos alumnos: ignorados, raros, fuera de lugar, me toca de lleno porque eso lo viví en mis propias entretelas, jijiji.

María Dolores dijo...

Cada vez escribes mejor, yo creo que ese espejo del que hablas es una forma de encontrarte a ti mismo. Por otra parte pienso que has puesto de referencia las aulas como pudiera haber sido otro lugar.
¿Es para ti buscar espejos encontrar explicaciones a las cosas?. El final me sabe a final abierto porque la búsqueda no ha terminado. Total, es una opinión, sin embargo esta vez sí que me gustaría que contestaras a mis preguntas.

Un beso,

Loli.

Equilibrista dijo...

Demasiado oscuro este "rastro", lo reconozco. Necesita una explicación. El personaje protagonista de este relato, que Ra ha acertado diciendo que es un fantasma, espíritu o etc., se me ocurrió un viernes desértico en la facultad. Es un fantasma de alguien con una muerte trágica (o quizá cometió él el crimen?), que vuelve sin remedio encadenado al lugar, a su propia soledad y a la búsqueda de espejos metafóricos, efectivamente Loli, donde poder verse reflejado y acompañado.

En el momento que lo escribí, me sentí un poco así como este personaje, solo y perdido y buscando espejos. Y tuve un flash con el que escribí este relato. Pero tampoco va mucho más allá, la idea está un poco confusa.

Con lo que me habéis dicho, me han venido ideas para hacer una versión nueva más currada.

Besotes

Toñi Pinto Heredia dijo...

si alguna vez encuentras ese espejo te felicitare mientras tanto disfruta de la incognita que provoca el pensar que verás cuando mires en el....genial equilibrista.

Equilibrista dijo...

Gracias Toñi. Me alegra que hayas rastreado por el blog y hayas llegado a este relato.

Ahora que vuelvo a leerlo, me parece que se acerca mucho más a lo que expresa Ra (un fantasma de instituto que muchos hemos tenido dentro, al sentirnos marginados), que a la vuelta de tuerca que yo intentaba darle.

Gracias, aprendo de vuestros comentarios
Un beso y un espejo
Deivid

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