jueves, 8 de octubre de 2009

¿Qué fui...?


Fui el libro retomado cada noche por la misma página.
Fui el número destinado a un código hermético y de chaqueta, que acabó bailando con la incógnita y resolvió la ecuación abandonándose a la orgía despeinada de las letras.
Fui la muñeca que se cortó los hilos y los tejió en tela de araña para hacer funambulismo.
Fui la escotilla que parpadea en la boca del pozo sin fondo de los deseos.
Fui la corbata preguntándole al espejo por todos los nudos posibles, por todos los nudos pendientes.
Fui esa constelación nebulosa de los atardeceres en la ciudad: el anhelo del claxon, la espuma de los colores, la estrella del pájaro, la duda del horizonte.
Fui la mancha borrosa del expediente intachable.
Fui la perdición de los duendes, el favorito de los soldados de plástico, el capricho de las trolas, el capitán pirata de las horas muertas.
Fui la mecha que escarcha en la mañana el caliente rocío.
Fui la maleta despeinada y de rodillas, en puertas a un viaje por hacer, buscando destino entre el musgo de las sábanas y el terciopelo de los libros.
Fui el lienzo que un artista manda quemar mientras descorcha un viejo blues en la acera del silencio, con un vals de licor en una mano, y un tango de aguardiente en el buche.
Fui el traficante de fantasmas, el alquimista mendigo, el coleccionista de sueños, el mago sin trucos.
Y fui la garganta que vomitó un clavel, y el clavel mismo, y sus espinas cuando pinchan, y la sangre en la herida, y la sal que la azuza, y las escamas de miedo que desgarran en la seda de los dedos.
Fui el barco que avistó mil amarras antes de soltar tierra.
Y fui el error y el acierto, la escultura y el serrín, el equilibrista y su cuerda, el sueño y sus párpados.
Fui todo lo que soy y lo que he sido, y lo que callo, y lo que cuento.
Soy todo lo que fui… por más que escriba.

4 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

Que bonito haber sido con un boli o un teclado como instrumento de tu imaginación...

Saludos

Anónimo dijo...

Microchip-666

genialsiempre dijo...

DAVID: Partiendo de la base de que el poema es "espléndido", me permito hacerte una corrección (ya sabes que soy un quisquilloso), el clavel no tiene espinas, es la rosa.
Te lo digo porque todavía estás a tiempo de modificarlo y así quedaría redondo.

José María

Equilibrista dijo...

gracias, gracias g.s, como te dije antes son esas cosas que uno no se para a pensar pero son importantes

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