domingo, 29 de agosto de 2010

Peregrino

Perdido por la nada eterna del mundo, tras el rastro de un siempre que jamás llegará, el peregrino quiere ser dios del universo. En su burbuja quiere moldear sus pasiones, cegar sus miedos, controlar los caminos del amor. Pero en la nada eterna y secreta, en la nada de pan y de molicie, la materia se deshilacha y los hilvanes sólo parecen estar en la cabeza de los dioses. Un día el peregrino cree tener la clave del universo, la cara oculta de la luna, el reverso de todas las cartas de la baraja. Consigue controlar su propio mundo y cree tener las llaves del ajeno. Pero entonces descubre que las puertas del cielo las dibuja un niño.

Imagen: Sueño de "The Sandman" por Neil Gaiman con varios dibujantes

4 comentarios:

Ernesto Laguna dijo...

Muy certero, ciertamente; quien no peregrina, tampoco está en el camino.

Errar: el eterno aprendizaje que yace en su polisemia.

Noelplebeyo dijo...

quien peregrina, cambia de piel

María Dolores dijo...

Bueno, coso unas palabras que no estoy yo como para agitar en estos momentos mis sentidos.

Como todo lo que escribes me parece una preciosidad, pero no por bonito, eso sería sencillamente simple. Dices mucho, muy importante con pocas palabras y bien escogidas. Sigo pensando que eres una joven promesa.

Un beso,

Loli.

Cuenticiente dijo...

Perfectamente escrito y maravillosamente evocador.

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