El post de ayer de los relojes ilustrado con la recurrente (pero no por ello menos magistral) obra de Dalí, me lo provocó la charla que dio Armando Lara en Letras Libres. El slow movement que cita mi compi Luciérnaga en un comentario es una opción vital que vale la pena considerar. Fue algo que dijo Armando en más de una ocasión: slow, para, relaja, respira. Slow, buena medicina para la ansiedad. ¿Y a qué venía esto? Pues a la hora de leer (o hablar o recitar) y vincularnos (que no enfrentarnos) a las personas de un público. Postura cómoda, respiración acompasada, tono, timbre, modulación, ritmo pausado, silencios, volumen medio, miradas y palabras de chocolate fundido (usando la expresión de Antonio Rodriguez Menéndez, creador de la escuela de lectura vinculada de Madrid)... Pero sobre todo y más importante TRABAJO CON UNO MISMO.
Yo iba a la charla de Armando con el chip de que daría herramientas para la lectura en público y sin embargo me quedé con el punto que dijo de que la palabra vinculada se podía aplicar para la vida. Mirar a los ojos, hablar con calma, sin estridencias, sin atropellarse, dejarse fluir, estar a gusto con uno mismo y con la persona o las personas que le rodean. Armando también nos dijo que le gustaba el título de nuestro colectivo: letras libres, no letras esclavas, ni encadenadas... Letras libres y personas libres. No hay que sentirse coartado ni obligado a hacer las cosas, no hay que hacer las cosas por mandato o imperativo. "Cuando quedamos con un amigo quedamos para disfrutar de su compañía, no porque estamos aburridos, no compartimos nuestros tiempos muertos, compartimos nuestras palabras, nuestra voz, nuestras miradas, nuestros silencios, nuestras emociones, en libertad" dijo Armando. Y aquí cierro el círculo y vuelvo al título del post. Hay que tener alas de mariposa para volar para atrevernos a hacer lo que queremos y estar con quien queramos, con calma disfrutando del vuelo, recreándonos en él. Y patas de rana para llegar más fácil a los sitios, o para irnos de un salto a otro lado si hace falta. ¿Y por qué mariposa y rana? Ese cuento os lo cuento otro día. Nos miramos.
Yo iba a la charla de Armando con el chip de que daría herramientas para la lectura en público y sin embargo me quedé con el punto que dijo de que la palabra vinculada se podía aplicar para la vida. Mirar a los ojos, hablar con calma, sin estridencias, sin atropellarse, dejarse fluir, estar a gusto con uno mismo y con la persona o las personas que le rodean. Armando también nos dijo que le gustaba el título de nuestro colectivo: letras libres, no letras esclavas, ni encadenadas... Letras libres y personas libres. No hay que sentirse coartado ni obligado a hacer las cosas, no hay que hacer las cosas por mandato o imperativo. "Cuando quedamos con un amigo quedamos para disfrutar de su compañía, no porque estamos aburridos, no compartimos nuestros tiempos muertos, compartimos nuestras palabras, nuestra voz, nuestras miradas, nuestros silencios, nuestras emociones, en libertad" dijo Armando. Y aquí cierro el círculo y vuelvo al título del post. Hay que tener alas de mariposa para volar para atrevernos a hacer lo que queremos y estar con quien queramos, con calma disfrutando del vuelo, recreándonos en él. Y patas de rana para llegar más fácil a los sitios, o para irnos de un salto a otro lado si hace falta. ¿Y por qué mariposa y rana? Ese cuento os lo cuento otro día. Nos miramos.
2 comentarios:
Maravilloso resumen de la tarde que pasamos de forma slow con Armando. Más que una clase o una conferencia, fue pasar un rato donde todos oíamos lo que un sabio amigo nos contaba. Había en la clase aire de sosiego, de buen rollo, ojos de niños deseosos de aprender. Nos dejamos llevar aquella tarde por la paz y la sensatez de Armando, y días depués de aquello, aún seguimos rumiando dulcemente lo aprendido. Como somos espejos unos de otros, tendremos que juntarnos más a menudo y volver a compartir y seguir aprendiendo en tan buena compañía.
así es, Luz :)
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