Las olas hablan, tú lo sabes mejor que nadie. Estabas ahí dentro, en esa burbuja, envuelto por el agua, cálida, subterránea. Cada ola hacía vibrar todo tu cuerpo, te silbaba y te acariciaba, sentías su aleteo, hasta que al fin estallaba como una estrella que refulge, para volver luego a nacer en la eterna marejada. A cada ir y venir, la cresta de cada ola hablaba con susurros, dejando caer el eco de unas liras ancestrales, el tañido de una cuerda brotada de la tierra, el canto de un trovador que seduce a los ratones, el sendero al país de nunca jamás. Recuerda siempre ese sonido. Recuerda que las olas hablan. Tú lo sabes mejor que nadie.
Al hijo de una buena amiga (cuando estaba a punto de nacer)...
Imagen: http://graphics.ucsd.edu/~iman/SoapBubbles/
5 comentarios:
Acabas de bendecir su alumbramiento.
Un buen comienzo.
Precioso, espero que se lo leas cuando tenga edad para comprenderlo
¡Qué bonitooooo!
Eso sí que es un bautizo como dioh manda...a tu amiga se le habrá caído la baba. Precioso.
Besos.
Eso sí que es un bautizo como dioh manda...a tu amiga se le habrá caído la baba. Precioso.
Besos.
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