miércoles, 28 de diciembre de 2011

La misteriosa historia de Vadur Diver

Hola amig@s. Hoy os pensaba contar una historia muy bonita y muy divertida. La cosa es que la tenía ya escrita y todo, pero resulta que tenía el portátil en la cocina porque estaba preparando unas empanadillas de móstole. Y al llevarlo para mi habitación se me ha caído el portátil y he dicho madre mía, madre mía. Con el porrazo se ve que se me han descuajaringado los archivos y cuando he abierto el  de esta historia que iba a colgar hoy, me he dado cuenta de que se me han cambiado las palabras y se me han trambucado algunas letras. Todo un contradios. Yo espero que a pesar de este desbarajuste, os agrade la  ahora extraña historia de mi buen amigo Vadur Diver.

Pues resulta que este Vadur Diver (que por el nombre vosotros diréis que es turco "Vadur Diver Arusalam" o ruso "Vadur Diver Petrovich" ¡o de más lejos todavía!) Pues a Vadur Diver un día le llegó un vecino nuevo al piso de arriba y resulta que este vecino se dedicaba a pegar zapateaos todas las noches sin descansar ni una. Y claro Vadur Diver pensaba: “a ver si va a resultar que se ha venío a vivir aquí José el Francés. Aunque claro si es José el Francés no me importa tanto, porque como es famoso le puedo pedir que me firme un náufrago y así tengo pa los gastos de envío para mandarlo otra vez pa Francia”. Así que fue a pedirle consejo a la delantera del edificio, que estaba en la delantería con su moño, su escoba y su delantal leyendo un libro por delante y por detrás. 


Al final resultó que no era José el Francés, ni tampoco Joaquín Corte Inglés, porque la mujer le dijo que no había llegado nadie nuevo en veinticuatro años que ella llevaba allí, y también le dijo que a lo mejor no era un vecino, sino un pequeño animalillo que se había instalado de inquilino en las vigas del techo. Vadur Diver pensó que se trataba de un gitanifante o una jiraflamenca por lo menos. ¡Viendo el ruido que hacía! Pero resulta que al día siguiente lo vio asomarse por un agujerito que había justo al lado de la lámpara. ¿Y sabéis lo que era? Era un ratón. Así que Vadur Diver sabiendo que tenía a un nuevo compañero de piso, no quiso hacerle el feo y decidió prepararle un banquete de bienvenida. Se puso a pensar qué era lo que le gustaba a los ratones pero no se acordaba. ¿Qué es eso que le gusta tanto a los ratones? Como no me acuerde no voy a poder seguir el cuento, pensó Vadur Diver. ¿Vosotros lo sabéis? 

¡Eso! ¡Queso! Pero resulta que a Vadur Diver no le quedaba nada de queso en su casa, ni cosa en su queso, ni casa en su cosa, ni quesa en su cusa, ni nada de eso y se estaba haciendo un lío y un enredo en la cabeza tan grande que se le había puesto el rizo pelado y las puntas de vello. En casa de Vadur Diver sólo había un montón de fruta y una botella de vaca lantaca. Abrió la botella y salió chorreando el líquido a borbones, y puso toooooda la fruta en la mesa. Había peras, melones, ciruelas, kakis, piñas, clotildes, kiwis, cicutas, plátanos, limones, manazas, uvas, vigas, melocotones, moras, fresas, frambuesas, teresas y etceteresas. Como veía que era pequeñito pues le preparó al ratón una mesa de su tamaño. Para eso fue a ver pájaro carpintero a su árbol en el parque, pero éste le dijo que estaba muy ocupado haciendo una estantería de piño piñoñero, una consola de bambú y una melancolía de mimbre. Se lo había encargado un hormigón que pasaba los veranos en el árbol de al lado tomando el sol y comiendo pipas. 

Así que Vadur Diver se fue a una tienda de juguetes en miniatura y allí compró lo que le hacía falta para su compañero de piso. Total que como Vadur Diver quería que el ratón se comiera la fruta y la vaca lantaca le puso una silla y una mesita con su mantel, su plato, su tenedor, su cuchillo y su cucaracha. Pero se ve que el ratón era muy tímido por el día al revés que por la noche, y no salía de su agujero. Como Vadur Diver no sabía qué hacer fue a ver al vecino de abajo que era otorrino, es decir que sabía mucho de pájaros, y sobre todo de aves exóticas: loros, periquitos, pablitos, cotorras, paparruchas y guacamayos. Y como sabía mucho de pájaros Vadur Diver pensó que a lo mejor también sabía algo de ratones. Pero resulta que el hombre no sabía nada de ratones y en vez de eso enperrusó a Vadur Diver y le vendió una paparrucha que cantaba por las noches y que tocaba todos los bastones del flamenco. 

Total que Vadur Diver se vio todas las noches con una paparrucha que cantaba por solerías y por baleares y con un ratón que zapateaba que daba olfato y el pobre Vadur Diver no podía dormir. Llegaba al trabajo con unas orejas que le llegaban hasta el suelo. Así que penso que tenía que hacer algo y dijo: ¡Morrón y cuenta nueva! Así que se fue a la guerra que le habían dicho que era un sitio muy silencioso. Por aquel entonces el reino de Asaúra se estaba enfrentando al condado de Estragón. El general del ejército de Asaúra era Canelón III y en el condado de Estragón el que mandaba era José Macramé duque de Carantoña y Altramuz. Se pasaban el día tirándose balones y bombillas el uno al otro. Total que Vadur Diver se enteró que había una vaca desocupada para ser sol regalado en el ejército de los asaúros. Lo que pasa es que en vez de mandarlo al frente a Vadur Diver lo pusieron a limpiar letrinas, libretas y ladrillos. Total que Vadur Diver se aburría mucho de tanto limpiar. Hasta que un día se hizo amigo de un hombre que se llamaba Mambrú y Vadur Diver se perdió y la verdad es que yo no sé cuando vendrá, doremi dorefá no sé cuando vendrá.

Imágenes: La Pantera Rosa (Friz Freleng), El Laboratorio de Dexter (Genndy Tartakovsky), Speedy Gonzales (Warner Brothers, Robert McKimson), Vaca y Pollo (David Feiss), Los Tres Caballeros (Disney), Oveja en la Ciudad (Mo Willems)

1 comentarios:

genialsiempre dijo...

Me parege "genial", y este adjetivo solo lo utilizo con precaución para no gastarme yo mismo. Creo que una de las mejores cosas que me han pasado desde que vivo en Chiclana, ha sidoconocer un autor como tú, de presnte y de mucho futuro,
Sigue, que te sigo

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