viernes, 23 de marzo de 2012

Sonrisa


      Cuando el niño de pelo rubio le ha sonreído invitándole a jugar al balón, al narrador de este relato se le han ido de la cabeza todas las historias que iba a contar ahora. Ustedes tienen suerte de que yo esté en el mismo parque contemplando cómo los dos juegan juntos. Y aunque no soy buen narrador, hay algo que puedo decirles: ninguna de esas historias, por muy intrigante, emotiva o divertida que pudiera parecerles, absolutamente ninguna es tan bonita como la sonrisa de este niño.

5 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

la del niño, narrador o figura ?

Equilibrista dijo...

la del niño. Lo he dicho no? aunque también podría ser la que tú quieras :)

Carmen dijo...

Una lata que tuvieras que adoptar tú el abandonado papel del narrador, con lo bien que estarías jugando al balón con ellos, pero es que, si no es así, ni nos enteramos de lo que pasó, ni vemos la sonrisa de este niño.

Originalísimo eso del narrador fugado, qué sabe tu cuerpo.

Francisco Pelayo dijo...

Buenas, Equilibrista.

Has escrito un buen post, la verdad es que me costó mucho entenderlo. Si, soy muy lento en pillar las cosas, jeje.

Pero, ¿sabes? nunca debes de dejar ese papel de narrador, porque no hay cosa tan maravillosa como el navegar por tu imaginación y llevar a cabo historias fantásticas.

Un abrazo.

p.d: Perdón, por si he leído mal. :)

Equilibrista dijo...

Curro, a mí me pasa igual, me cuesta entender muchas cosas que leo, tardo mucho en interpretarlo. Aunque luego yo también escribo misterioso. Este texto era un intento de malabarismo con la figura del narrador. Creo que Carmen lo ha descrito de maravilla, mejor de lo que yo habría hecho. El narrador se fuga y otro coge el testigo.

Gracias por tu consejo!
Y gracias Carmen también, me alegro que te gustara.

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