sábado, 23 de febrero de 2013

Regalo de Paco o'Nick von Nombrandt Secayó: La matriz del patito feo, la prolongación de la nariz de Pinocho y la variable de Troya-McFly

Hola a todas y a todos, mis querídisimos viajeros de la esfera internáutica. Muy pocos en el mundo me conocen, se pueden contar con los dedos de una mano los que me han visto. Igual que los mosqueteros eran realmente cuatro, los reyes magos también lo eran. Igual que mis compañeros Melchor, Gaspar y Baltasar les dejaron regalos en enero al amigo Equilibrista, yo también le traje uno, igualmente un regalo que destapaba recuerdos. Pero unos recuerdos diferentes alternativos, recuerdos sobre otras dimensiones, otras posibilidades, otros mundos dentro del que conocemos. Y es que yo soy el rey más travieso, el geniecillo más divertido... 

¿Mi nombre? Pues bien el amigo David Equilibrista y su hermana me conocían como Paco y en su portal de Belén yo iba a lomos de un burro. Pero doy fe de que mis alcurnias han sido según el momento altas y bajas, mis trajes de lo más variados. En el título del post pueden ver mi nombre completo. ¿Completo? Puede que sí, puede que no, he tenido tantos. Les dejo ya con las palabras de mi amigo Equilibrista, que les narrará los recuerdos que le he regalado, uno de tantos que le he hecho. Sigan el hilo y disfruten...

CAPÍTULO 1: El flashback del mes de enero En capítulos anteriores, os conté mi gusto por mezclar cosas de diferentes universos sin miedo ninguno, pasión por el maxmix y los cameos de personajes. Así pasaba con las apariciones especiales en Los Animales Rockeros Heroes, y con las marcadas influencias de los dibujos de artes marciales en Ninja. Pero al parecer esa afición venía también desde el principio de los tiempos. Debieron ponerme la tele desde mu chiquitito ná más nacer, y se formó ahí un potaje, un conglomerado de ideas que daría lugar al zagal fantasioso y novelero que hoy soy. En la foto que encabeza este post podéis verme disfrazado en diferentes carnavales y otras ocasiones. La máscara, el cambio, el juego de identidad... Mis padres me insuflaron la afición carnavalera desde pronto, ¿tendría eso algo que ver con mi afición por hacer en mis juegos y escritos versiones alternativas de las cosas que veía en la tele?

CAPÍTULO 2: Enter the Patito. De lo que vamos a hablar aquí hoy es de mis fanfics. ¿Que mande? ¿Que qué ronchas es eso? Pues un fanfic es una versión alternativa (continuaciones, historias para lelas) de cualquier obra de ficción, siendo esta versión hecha por un/a fan. Creo recordar que lo primero que escribí en este sentido fue una versión del Patito Feo, inspirándome en unos dibujos de la tele o en un cuento de Susaeta que yo tenía (nada que ver por cierto con la posterior horrenda versión de Neptuno Films ni con la hortera telenovela infantil), aunque no estoy seguro si fue así, porque puede que esté mezclando recuerdos. Una serie que sí seguía era la del gran Alfred J. Kwak (y siguiendo con los patos, la magnífica Patoaventuras del Club Disney). Y es que yo me sentía un patito feo, así gordito y por hacer, sufriendo las bromas de los compañeros de vez en cuando. Pero no importaba, porque yo tenía todo mi universo. Con mi amigo Jaime, jugábamos por la barriada a hacer carreras con los coches y éramos pilotos por los bancos de piedra. O teníamos una pizzería, usando masa de arena, y condimentos de piedra. Anda que no lo pasábamos bien aquellas tardes de verano a la fresca.

CAPÍTULO 3: Hay que saber mentir bien (y tener la nariz larga). Si bien con lo del Pato Feo no estoy seguro, sí tengo claro el recuerdo de tener un cuaderno en el que iba a escribir Las Aventuras de Pinocho/ Super Pinocho. Iba a ser una versión y continuación de una Pinocho de dibujos japonesa, que emitían en la época. Pero remezclándolo y dejando volar mi imaginación. Volar nunca mejor dicho porque yo quería que Pinocho superaba las trabas diarias de los matones y se convirtiera en un Super Pinocho, cogiendo el vestuario y la impronta de mi adorado en aquella época Superman (del que me veía una y otra vez las películas y la serie de animación que estrenaron por entonces). Tengo recuerdos tiernos de estar imaginando en la cama cómo sería la historia, incluso un día que estaba malito con fiebre (sería Super Pinocho fruto del delirio?). No tengo claro cómo pensaba terminar la historia, creo que escribí un trechito pero no mucho, aunque sí tenía proyectada la historia entre las nubes de mi cabeza. No conservo ese cuaderno, y veo difícil que esté por algún sitio. Ojalá pudiera recuperarlo, por ejemplo con un aparato de Doraemon xD En la mente lo veo con algún dibujo anticipando a Los Rockeros que vendrían poco después.

CAPÍTULO 4: Amo Ugá Losh Yiyoe. Pero la explosión de la imaginación no llegaría en papel sino en goma, plástico y metal. Llegaría con los "muñecos", las figuras de acción de mis series favoritas con las que poder vivir aventuras fuera de la pantalla. Aquellos G.I.Joe eran los más míticos y los primeros que me dejaron los reyes y el ratón Pérez. Menudas aventuras vivía en el suelo de mi barrio, en el césped de mi campo o en la playa, donde las olas se tragaron a algún que otro héroe. Tenía el album de pegatinas de la serie, que si me faltaba algún cromo, ya me encargaba yo de dibujar la escena con boli. Y es que me inventaba mis historias donde yo era uno de los muñecos, Jaime otro, y hasta mi padre y su padre otros (aprovechando que había unos con cierto parecido). Junto a los yiyoe llegarían los muñecos de He-man. Fua, qué voy a decirles del príncipe de Eternia, que buenos ratos con He-man, Skeletor, Orko, Man-at-atms, un bicho peludo que no recuerdo el nombre, otro que era como un reptil que tenía brazos largos, otro que era un hombre que por dentro tenía cuerpo de serpiente. Algunos personajes tenían un estilo siniestro como algunos enemigos de Mazinger Z (pero de éste no había muñecos, tampoco de Goku). Increíbles aventuras en Grayskull, qué pelotazo estos muñecos, igual que los de goma que mi madre me compraba en las pastelerías o los de las Tortugas Ninja, otra serie de las buenas buenas, que ya me harían ir más allá en mis aventuras.

CAPÍTULO 5: Space the base, spin the spin (off). Sigamos con los muñecos. No sé cómo vería ahora aquellas series de la infancia, no lo he intentado. Quizá será mejor dejarlo, no me vaya a llevar una desilusión. El siguiente nivel de mis spin-off's muñequiles, llegaría con las figuras de las Tortugas Ninja, con la serie de los noventa de Spiderman y con la fama del videojuego Street Fighter II. Digo siguiente nivel porque no eran sólo puntuales aventuras, sino que me montaba mis propias series, organizadas por capítulos. Cada sesión de juego con los muñecos era un episodio. Me inventaba nuevas aventuras con las tortugas, que viajaban al espacio, tenían una base allí y vivían mil correrías. Incluso me inventé una serie original, en la que estábamos mis amigos Jaime, Manuel y yo, con unos muñecos estilo gijoe, que tenían un cierto (a nuestros ojos) parecido a nosotros. Si me faltaba algún personaje en mi colección de muñecos no importaba, lo sustitúa con otro, ya fuera de He-Man, los Gijoe, los Bioman, etc. Lo mismo pasó con Spiderman y Street Fighter, de tal manera que mis muñecos acabaron adoptando papeles. El Despedazador con unos cuantas tiras de fiso negro, blanco y rojo se convirtió en Venom, el bicho verde con brazos largos de Heman hizo de Dhalsim, un Terminator retocado se convirtió en Masacre de Spiderman, el Duke grande de Gijoe hizo de T. Hawk, y el bicho peludo de He-man fue Blanka.

CAPÍTULO 6: Casos de Casa. Pero no sólo de acción vive el juguetón. Cuando nació mi hermana, nos hicimos muy rápido compañeros de juegos. Al principio sólo con peluches, pero cuando ella creció jugábamos a juegos de mesa (Uva plof, Quién es quién, Cocodrilo sacamuelas, Tozudo, Operación) y por supuesto con muñecos y muñecas. Con las figuritas de huevo Kinder (aquellos hipopótamos, ranas, tortugas...) jugábamos al Chavo del 8 (buscando parecidos entre unos y otros), aquella serie rancia pero disparatada que ponían en Canal Sur. Pero lo mejor vino con sus muñecas y muñecos. No jugábamos exactamente a las casitas, aquello era algo más. Los muñecos y muñecas no eran simplemente un@ niñ@ aleatori@, sino que tenían nombre y vida propia: Celia, el Tete, el Teti (que eran Nenucos y otros muñecos estilo bebé y recién nacido de Jesmar, Famosa, etc). Era como una serie en que mi hermana era la mamá y yo el tío. Al cabo del tiempo, unos bebés crecían y nacían otros. ¿Qué pasaba cuando crecían? Pues que un personaje pasaba a ser un muñeco "mayor" y el muñeco más pequeño pasaba a ser otro bebé nuevo. Parece una tontería, pero me fascina la creatividad que teníamos para hacer una especie de serie con una línea temporal. Todo esto entre nuestros juegos y bromas infantiles. Aunque en realidad los muñecos acababan siendo parte de nuestra familia y como tal los creíamos y los queríamos. Había como dos especie de sagas: la del Tete y la de "Ashabadea" (sí, vaya nombres nos inventábamos) una muñeca gordita que nos hacía mucha gracia, queríamos un montón y para la que hacíamos hasta canciones. Una cambiando la letra de Bomba de King África por Gooooorda... Qué arte más grande. 

CAPÍTULO 7: Back to the back to the back of the future back forward (o algo go go Johny B Google). Esto de cambio de letras de canciones me recuerda a aquel Estoy por Pi de los Rockeros, y a un juego que hicimos en clase de lengua en el cole con la maestra Rosa, que mencioné en el post de mis recuerdos literarios en el cole. Fue célebre el Ay, que pena me da que se me ha muerto la galga, de mi compañero Rober, a medias entre divertida y emotiva. Yo, volviendo a Pinocho y a su nari, hice una versión del Pinocho fue a pescar, al río Guadalquivir que no recuerdo bien pero había un lapiriz de por medio o algo así. Ay, cuántos recuerdos buenos, cuántos círculos que se cruzan en las líneas temporales. Me siento hoy como un viajero en el tiempo. Y es que es un tema que siempre me ha seducido. Regreso al futuro me impactó aquellos día. Después de haber escrito los Rockeros, escribí mi versión de esa película, creo recordar que adaptando la historia a mi infantil manera, o ampliándola, no sabría deciros. Lo escribí en un cuaderno de los de cuadritos y quise presentarlo al premio García Gutiérrez (en el que luego en cómic mi amigo Jaime quedó finalista). Recorté las paginas pero al enseñárselo a mi madre dijo: ¿Eso no vas a presentarlo así, no? -Sí -Eso no vas a presentarlo así... Y se fueron las ilusiones.

CAPÍTULO 8: Lingerie for the Utopia. Avancemos un poco más en la máquina del tiempo. Estoy seguro que estuve jugando con muñecos hasta los 13 años por lo menos. Después los aparqué (en cajas o en la estantería como decoración, pero nunca olvidados, siempre en mi corazón) y los cambié por videojuegos y por el cine. Primero jugaba a la NES, cogiendo el mando de los personajes que adoraba en la tele (Chip y Chop, las Tortugas Ninja, Spiderman... fueron tres de mis cartuchos predilectos). Más adelante con unos 15 años, me regalaron la Play Station: Tekken, FIFA, Spyro, Crash Bandicoot, Metal Gear, Medievil y sobre todo Final Fantasy VII. Y en el cine me fascinaron Jurassic Park, Star Wars, Terminator. Ciencia Ficción, épicas espaciales, la vida del planeta, la sociedad futurista, la tecnología vs la naturaleza. Fueron temas que adopté en la historia de Linger. Se trataba de un muchacho que vivía con su padre en un planeta, con reminiscencias starwaseras de Tatooine, vendiendo piezas de metal (chatarra, vamos) para las industrias. Viven en las afueras de una ciudad donde en el centro están las clases altas y en el extrarradio las más bajas (toque finalfantástico midgariano). El punto climático viene cuando sabemos que se acerca la Supernova y que hay una corporación perversa que se aprovecha de la situación. Podría ser un guión de sci-fi. Es un nuevo paso en mi evolución tras los Rockeros y Ninja. Aunque lo desarrollé muy poco y el estilo es malo, conservo las páginas y tienen buena pinta. Quizá con más trabajo habrían llegado a mejor puerto. Hay otra versión donde el prota se llama Fénix. Otro proyecto con toques similares, es el de un chaval fenicio que viaja con su padre por el mediterráneo (seguramente me influyeron las clases de historia). Se nota que quería acercarme a mi padre, en el que en ese momento me sentía alejado y lo reflejaba en la escritura. Pero escribir me frustraba y no conseguía avanzar, quería tenerlo ya y no disfrutaba haciéndolo, quizá no me gustaba como pensaba. O me gustaba más fantasear que escribir.

CAPÍTULO 9: Fantasías (finales) animadas de ayer y hoy (en verano). Fantasear. La palabra Fantasía siempre ha estado muy ligada a mí. Aquellas fantasías de los Looney Tunes, la Fantasía de Disney que tanto me impactó por su belleza y originalidad... y Final Fantasy. La saga de videojuegos que más interés me ha provocado y que sigo entrega a entrega, capítulo a capítulo. Desde aquel Final Fantasy VII, que después de una primera mala experiencia se convirtió en mi juego favorito. Era inevitable que Final Fantasy ilustrara mis fantasías cotidianas. Uso algunas de sus expresiones en mi vida cotidiana (como llamar a las versiones mejoradas de los archivos Archivo+ o Archivo++ en referencia a los niveles de magia del juego), tonteo haciendo poses de los guerreros y magos con paraguas y posters enrollados, tengo dibujillos, apuntes de cómo haría yo las batallas del juego, listas y apuntes mientras juegos, un diario de mi partida a FFXII en LCO... Y también imagino muchas veces aventuras finalfantásticas alternativas en mi cabeza. Pocas veces lo he llevado al papel. Una fantasía recurrente es la de ambientar en la vida real el bestiario, los seres divinos y magias de FF. Pensando en eso, un verano estando en la playa se me ocurrió La Serpiente que llegó del mar, un esbozo de relato en el que una gran serpiente aparecía en el horizonte de la playa aproximándose aterrorizando a los bañistas. Sin duda, la imagen que yo tenía en la cabeza era la de Leviatán. Homenajes e influencias FF hay también en las Crónicas de Canilius del que hablaré en un próximo capítulo. Pero el único fanfic al uso que he hecho es el que publiqué en el blog hace poco, escrito para el concurso de los Juegos Olímpicos FF Interforo. Vivan las fantasías, kupó! 

CAPÍTULO 10: Alcanzar la Matrix. Hablábamos arriba de la ciencia ficción, y sin duda una película cúlmen del género es Matrix, que yo vería ya entrado en el 3er milenio, en plena era digital de la informática. Vistos mis gustos, normal que me dejase bastante flipado con sus temas filosóficos, mezclados con informática y acción de artes marciales. Tenía que escribir un fanfic. Fue en la Uni, yo estaba un poco amargado porque no conseguía hacer amigos ni estaba seguro de que ese era mi camino, y me refugié jugueteando en la escritura y la imaginación. Era el momento en que salían las secuelas de Matrix y estaba por todo lo alto. El título de mi relato era A Matri-X-Tory: The Wish of the Humans. Tántalo era el personaje prota, en el fondo mi alter ego, que entraba en Matrix y se encontraba con Morfeo, Trinity y más tarde Neo. Luchando contra las máquinas, Tántalo acaba descubriendo que una amenaza se cierne sobre él y que es parte de un plan que no controla y que pone en juego la existencia de Matrix. Un relato malillo, pero ambicioso, con un final doble interactivo a elegir por el lector. Logré terminarlo, así que sin duda alcancé la matrix del asunto. 

CAPÍTULO 11: Troya Wars Gaiden. La matriz, el principio, el mito. Cuando en un principio: Enuma Elis, la primera obra de historia, la primera obra de mitología, la primera obra de la imaginación que narra cómo empezó todo, el origen del mundo... Después vino la mitología asiria, fenicia, griega... Troya es un punto clave en todo esto, la primera gran guerra, un hecho histórico revestido de fantasía (religión en la época, igual que despuñes las epopeyas bíblicas), que con el tiempo daría paso a otras historias épicas, batallas medievales, estratagemas militares, conquistas espaciales... Siempre con los ideales por delante. La guerra es un horror, pero la epicidad atrae. Si está en el plano de la ficción, por qué no? A mí la mitología me cogió en aquel momento melancólico universitario que narraba arriba y fue una vía de escape entre cifras, fechas, datos que no lograba controlar, etc. Con la cabeza caldeada por Final Fantasy, los dioses acogieron en mi mente una cálida morada. Así que un día escribí mi propia versión de un episodio de la guerra de Troya, la batalla entre Héctor y Aquiles. Lo revestí con todo el aparataje mitológico, de epítetos y frases engoladas, y le puse el toque posmoderno de mi revestimiento mental. Tampoco es que sea gran cosa, pero por Atenea que disfruté mucho escribiéndola. 

CAPÍTULO 12: Pro Action World Great Tournament Cup Big Excitement. Volvamos momentáneamente atrás, para hacer un compendio de varios momentos. Disfrutar, jugar, eso era lo fundamental... Aunque no tuvieras amigos a mano en ese momento, o tus ideas fueran tan locas que era para hacerlo tú mismo pasándotelo pipa. Y es que en este territorio de los fanfic y los spin-off, tengo que incluir mis versiones alternativas de cosas de la vida real, que yo creaba en forma de juegos y torneos. Y es que me hice yo mismo un torneo mundial de fútbol con jugadores de la vida real. le puse fechas reales de la época y todo. Fue con el juego de mesa Pro Action Football (faltaba todavía para el Pro Evolution Soccer de videoconsolas). Atribuía a cada uno de las figuras de cada equipo (rojo y azul) los nombres de los jugadores que en ese momento estaban en las selecciones. Así si había un Holanda-Brasil, por ahí estaban los De Boer o Romario. Esa fue la final de hecho. No ganó España aunque lo intenté, pero no pudo ser. Yo pasaba de un equipo al otro en cada acción, podemos decir que era fútbol por turnos. Llevaba unas hojas con los resultados, goleadores, tabla de octavos, cuartos, etc. Incluso dibujé una mascota para la ocasión. No fue el único torneo que hice, ya digo que me lo pasaba pipa, también hice uno con canicas y pelotitas de colores que sobraron del juego de mesa Gusano Loco, otro con el videojuego Konami Soccer, una liga del Nintendo World Cup, del Tecmo Soccer (adpatación americana sin licencia de Oliver y Benji -Captain Tsubasa nipón) no porque no se podía pero lo hubiera hecho, y fuera del fútbol, torneos de diana por países (iba pasando de un país a otro y anotaba mis puntuaciones), torneo mundial de record de toques a una pelota con palas de tenis playero, torneos de Tekken 3 y más tarde Dragon Ball Z Budokai 3, torneos de batalla con los muñecos (los lanzaba uno contra otro y el que más daño hiciera se llevaba un punto), torneos de lucha con argumento, un juego de frontón con una pelota de goma enfrentando a mi pie izquierdo y mi pie derecho (cada uno un país), otro juego que me inventé lanzando una goma de una mano a otra y con las sillas de la cocina a modo de porterías... Y paro ya porque voy a estar aquí hasta mañana.

CAPÍTULO 13: Paradoria Paradoxia... Mañana, mañana, mañana, tus morroooooos... ejem xD Po weno, de cambiar letras andaba el juego del que hablábamos arriba y acá abajo vamos a hablar del juego de partirse el carajo... No me refiero a ninguna práctica masoquista, sino al de hacer parodias. Tengo una tendecia natural que agradezco mucho a hacer parodias de las cosas que veo, y por lo que algunos me han tomado por loco, pero otros afortunadamente, se ríen conmigo. Era normal que a mi querida saga FF, le haya dedicado mis comics sprititos con tintes paródicos, y haya creado al personaje Cloud Sprite (para la Revista Timber Maniacs, en el foro La Capital Olvidada), a imitación de mi querido Cloud Strife (algún día le acompañará Pixeloth, alter ego de mi también amado Sephiroth). También me gustaría hacer algún día una parodia de FFVII y sus secuelas, cambiando de nombre a sus personajes y criticando ácidamente sus puntos flacos. Las Crónicas de Canilius también destilan amor por la saga, pero sobre todo rezuma parodia a sus elementos y a la fantasía épica en general. Quizá sea una paradoja pero me gusta reírme con cariño de estas cosas. Otra parodia fue la que colgué estas navidades pasadas inspirada en las mezclas anacrónicas pop que hacíamos mi hermana y yo, un texto con el que me llevé el premio navideño de El Ático de los Gatos. He fantaseado también con hacer parodias de otros videojuegos como Metal Gear (hacer una interpretación cómica con cosplay cutroso en algún salón manga), o parodias mezclando frikismo y literatura. Y es que leyendo el Quijote en Lecturas Libres, se me ocurrió escribir mi Don Frikote a la Plancha, tomando como referencia la trama del que fue el primer friki de la historia y actualizándola con el frikismo y la fantasía épica actual. El tono quijotesco se dejaba notar en Canilius, pero en este frikote me gustaría ir con esta idea hasta el infinito et más allá. 

CAPÍTULO 14: Equmenus Finale. Fan Fiction un término del que me hablará mi amiga Ra, coordinadra de Lecturas Libres, dentro de unos meses cuando vaya a un seminario de clubes de lectura (a ver quién es capaz de resolver esta paradoja temporal, time paradox). Me dirá que en el seminario han explicado que es una buena idea para desarrollar la creatividad y dinamizar la lectura el hacer fanfics. Y eso es lo que hemos hecho en Lecturas Libres, con aquel Animalario de Alicia, en el que creamos historias paralelas y lelos de Alicia encontrándose con animales en El País de las Maravillas. O el año pasado con Momo y el origen del Anfiteatro, o con Moureau y los nuevos humanimales. O con el mural de La Elegancia del Erizo o los juegos psicológicos de Rorschach tras leer Los Renglones Torcidos de Dios. En casi todos he participado con agrado. Igual que en la Escuela de Letras Libres cuando hicimos aquel ejercicio de escribir microrrelatos recurriendo a personajes conocidos y mezclándolos, en el que no pude evitar juntar a Alicia y a Super Mario. Quizá por eso me llamó tanto la atención el libro de relatos El Bombero de Pompeya de Miguel Ángel García Argüez, nuestro profe, que en sus historias mezcla un montón de épocas y personajes con maestría. Alguno que otro de esos remixes he hecho yo también y os he dado buena cuenta en este blog equilibrístico, de ello y de mis aficiones a esas míticas series, películas, novelas, canciones, videojuegos con las que tanto he disfrutado... Y llegados a este punto, sólo queda decir: Y fueron felices y comieron... gaviotas. Fan Fin.





1 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

multiples perspectivas de un mismo individuo...

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