jueves, 28 de febrero de 2013

Luna de carnaval

Nuestro profe Migue Arwez nos propuso la semana pasada mirar el mundo con la mirada poética, la mirada del bárbaro o del niño que siempre encuentra hechos extraordinarios en el mundo que le rodea, en las cosas más cotidianas. Según Migue, esos momentos poéticos de la realidad están ahí ocurriendo constantemente: (metáforas, paradojas, símbolos, flashes visuales, personificaciones), pero nos pasan desapercibidos porque siempre vamos con el piloto automático de la razón y no dejamos que nuestro cuerpo sienta el suelo que pisa, que nuestras emociones fluyan. Para esta tarea, teníamos que mirar la vida con esas gafas de poeta y anotar lo que encontráramos. Es lo mismo que hicimos hace unas semanas (aunque aquella vez nos adelantamos a Migue que sólo nos habló de la mirada poética, no nos mandó todavía nada).

Yo durante esta semana no conseguía encontrar ningún flash poético. Será que tenía empañadas las gafas de poeta, o que no lograba desconectar el piloto automático. De hecho, como comenté en clase ayer, iba por la calle y me ponía a mirar las cosas. Veía algunas cosas llamativas por la calle (restos de papelillos de la cabalgata en una casa abandonada, un globo amarillo debajo de un coche, marcas de rotulador que parecían plumas pintadas en el estante de un Chino) pero no eran exactamente lo que buscábamos, tal como está explicado aquí. Faltaba algo, pero mi mente intentaba forzar la poesía antes de encontrarla en la realidad, quería tenerla ya para contarla ya. Pero tenemos que asumir que hay veces que no aparece siempre ese chispazo. Así que me puse a rebuscar en mi archivo de fotos y encontré varios hechos insólitos y poéticos:


Empecemos por la foto de la izquierda. Se ve un cartel que me encontré paseando por la calle y que dice: "Rooms for Rent, Tel: ..............." Lo inusual es que el cartel está pegado en la parte de arriba de una papelera, que no es un sitio donde uno espere encontrar un anuncio. Justo ahí colocado, parecía que estuviese anunciando habitaciones dentro de la papelera. Viendo como está la cosa en tema de vivienda no es difícil establecer la analogía.

En la foto de la derecha, me pareció ver cristalinamente una paradoja. Se trata de una recogida de firmas en la iglesia mayor de Chiclana para pedir a la administración que se construyan las torres inacabadas de ese templo. Justo encima, en un tablón de anuncios, hay un cartel con un mapa de la provincia de Cádiz y el slogan: "Este es el nuevo mapa de la pobreza". Me da la sensación que ahora mismo hay cosas más urgentes que gastar dinero en unas torres. ¿Cuestión de fe?



¿Y qué decir de esta tercera foto? Un cartel de campaña política en las elecciones justo encima de una carnicería-charcutería... donde venden chorizos. Qué miedo. Del miedo a los malos habla la pintada de la cuarta foto, foto que Gitana Rubia convirtió en poema.


Estas son dos estampas de juguetes abandonados. En unos escombros de una casa derrumbada, me encontró a la superviviente de la muñeca de la izquierda. Le faltan el pelo, las piernas, está totalmente llena de polvo gris oscuro, como de cemento, tiene los ojos cerrados y los brazos hacia atrás. Aún así, inspira ternura y parece seguir queriendo ser abrazada. Me pareció un símbolo de la infancia perdida y derrumbada pero que aún sigue ahí latente. El cuarto es un papá noel, al que parece que un matón le hubiera roto el cuello y volteado la cabeza. Pero estaba cantando con la musiquita grabada, en una papelera en una postura totalmente ridícula. Eso pasó en carnavales. ¿Qué decir? Llega don Carnal a llevarse el cadáver borracho de la navidad.

Termino con un vídeo que grabé de un "torbellino - bonsai" que arrastra trocitos de corcho. En algún lugar de San Fernando. Habla por sí mismo.


¿Y qué hay del título de este post? ¿Qué es la luna de carnaval? Ayer, cuando me tocaba mi turno de explicar en clase mis descubrimientos poéticos de la semana, algo se me vino a la cabeza. Juan Pablo justo antes de mí había hablado de la poesía que le inspiraba la luna llena. Entonces cambié mi idea de comentar estas fotos en clase y expliqué lo que me pasó con una luna sonriente. Hace dos años fui al carnaval de Cádiz un miércoles que no había taller con Ra y Ana, compañeras de Letras Libres. De camino allí, íbamos un poco decepcionados por el mal tiempo de la semana y la poca disposición de la gente, cosas que habían aguado el carnaval. Entonces desde la ventanilla del coche, nos fijamos (creo que fue Ana pero no recuerdo bien) en la luna que tenía la exacta forma de la sonrisa del gato de Cheshire de Alicia en el país de las maravillas. Nos quedamos maravillados contemplándola y comentando que las casualidades no existen. Una vez en Cádiz, a altas horas de la madrugada nos encontramos a Migue con su chirigota, un poco consternados por el mal tiempo, pero nos cantaron en petit comité a nosotros y a un grupito allí congregado. Al año siguiente en carnaval, paseaba yo sólo por Chiclana para desconectar de un trabajo que estaba haciendo y me fijé de nuevo en la luna. Efectivamente tenía la sonrisa de Cheshire. Este año otra vez he vuelto a fijarme y a ver al gato sonriente. No sé si es un fenómeno astronómico conocido, o si es cosa del calendario. Migue apuntó que esas coincidencias mágicas de la vida, no son tan mágicas, son un cúmulo de pequeñas circunstancias. El carnaval siempre cae antes de la cuaresma y la cuaresma se fija por las etapas de la luna. Entonces, nuestro profe llamó a esta luna "la famosa luna de carnaval, que acabamos de instaurar aquí y ahora". La asociación ya está hecha. Yo firmo y brindo por ella, y por su poesía.

Imagen de cabecera: "Cheshire Moon" de Black Halo Angel
El resto de imágenes y el vídeo son míos

1 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

Arte en cualquier detalle

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