jueves, 25 de abril de 2013

Frontera

Más allá de esta cama: el ruido, un calcetín tirado en el suelo, la cena sin hacer, un murmullo de sondas vacías, los coches que no dejan de pasar, el vértigo azul de los párpados cerrados, una bolsa de patatas fritas, la soledad y las vías del tren…

Más allá de esta cama: el tiempo, un vasito de agua, la vida en otros planetas, facebook y Rouco Varela, el dolor en los coches rojos, las turbas de gente en los grandes almacenes, las interferencias del miedo, una botella de Jack Daniels, la lluvia y los bolígrafos que no pintan…

Más allá de esta cama: la vida, una zapatilla con los cordones desatados, los trofeos perdidos y los ojos agrios, el telediario de las 3 y el de las 9, la lavadora y el saxofón de John Helliwell, el manicomio de los móviles inteligentes, la guerra, el café que ya silba, el sueño, las azoteas y la muerte…

Más acá de esta cama, tú, desbaratándome todos los mapas.

5 comentarios:

DeboBug dijo...

Precioso

Carmen dijo...

plas plas plas plas. Me levanto y te aplaudo. Lo he leído lo menos 4 veces, se lo he leído a mis compañeras de oficina, lo he leído para mí, se lo he leído a Dani, lo he vuelto a leer para mí...me ha encantado, les ha encantado. Chapó Deivid, escribes siempre muy bien, pero esto es muy diferente a todo lo que he leído de ti. Estás cambiando o estás sintiendo mucho. Enhorabuena.

ayyy, lo voy a leer otra vez.

Equilibrista dijo...

Gracias Deborah por tu comentario y por compartirlo en facebook :)

Carmen, es exactamente eso. Sintiendo mucho. Creo que tienes una gran intuición para estas cosas. Gracias por tu comentario. Es una alegría viniendo de ti, que sabes mucho de esto. Y no lo digo por peloteo, lo digo por la experiencia de leerte.

A veces tengo tanto deseo de sentir, que no quepo en mí y creo que voy a estallar. Me atrapa la cara fea de la vida, la cara de la rutina. Necesito gritar, sentir, contemplar. Necesito que me escuchen y no hablo sólo de poemas, también de mi vida. Necesito que me entiendan. No dejarme atrapar por la insulsez de la vida. Entonces salgo y miro el mundo. Paseo por mi vieja barriada, me la sé de memoria, peor de vez en cuando me fijo en algo y le encuentro belleza a pequeños detalles, cosas que antes no había visto.

A veces salen textos como este, no sé por qué. En mi cabeza hay una mezcla de cosas feas y grises, de miedos y complejos, de rutina y tonterías, pero también de vez en cuando, pequeños detalles de belleza. De esa mezcla, tiene que salir algo, como el humo de una olla a presión. Salen a veces cosas como esta. No me acabo de ver escribiendo, ya lo hemos hablado. Aunque sigo haciéndolo, quizá por impulso nervioso. Quizás más adelante deje de escribir y me dedique a otra cosa. Quizás cuando esté más tranquilo, menos inquieto, no escriba. Quizás pinte o haga fotos, no sé.

No quiero hacerme el poeta ni el pedante. Perdón por el tocho. Esa es la respuesta, o un garabato de ella. Besitos :)

Carmen dijo...

Te sales, Deivid, te desbordas, no cabes en ti!!!. Es una lástima que por lo general la inspiración nos llegue en momentos de oscuridad y confusión, por esa regla de tres sería maravilloso no tener nunca nada que escribir. Lo mejor de todo esto es lo que queda del parto, que nos revuelve y nos emociona a partes iguales. Es un gusto leerte, garabatos o tesis, o sea lo que sea que escribas.

Equilibrista dijo...

Me acabas de dar una clave que no tenía. Puede que deje de escribir en el futuro, porque hay otras cosas con las que me siento más cómodo y que quiero desarrollar. Pero ahora que tengo estas herramientas literarias y tengo estas inquietudes, miedos y sensaciones, puedo aprovechar todo eso para hacer algo. Y de ese modo usar el arte como herramienta curativa, sacar el jugo y el desahogo, el exorcismo de los fantasmas, como dirían nuestros profes. Gracias Carmen. Sentir y luego escribir en vez de escribir y luego sentir.

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