Llevamos 4 años. Hace ya 4 años que empezó este blog. Y aún no he explicado por qué La Cuerda y por qué el equilibrista. O sí, puede que al principio. En aquella segunda entrada en la que me extendí hablando largamente de la vida y la literatura en general, bosquejando tan sólo mi vida y mi literatura en particular. Creo recordar que en ese momento expliqué la metáfora (cuerda que separa la realidad de la ficción, frontera entre la vida y la literatura, terrenos de demarcación difícil, cuerda por la que camina el poeta, el relatista, equilibrios para sostener el rumbo, el cambio, cuerda entre la vida y la muerte, entre el sueño liviano y la pesada realidad, equilibrios que permiten seguir adeante, entre el deseo y el tiempo y sus arañas, entre la pasión y los impedimentos, el objetivo y sus dificultades, parte ambas del mismo ente, del mismo mundo, partes del mismo cielo, cuerda floja, ese tópico, cuerda hilo, cuerda puente, cuerda puerta), pero no la génesis.
"Escribir es cómo caminar por la cuerda floja que separa
lo vivido de lo soñado, la realidad de la fantasía". Esa frase me vino un día tal cual, hace tiempo, no recuerdo exactamente cuándo. Quizá al final del instituto o durante la carrera. Parecía como si fuera un mandamiento escrito en piedra, como si la hubiera leído en algún lugar. Pero no, era una frase mía.
"A David lo ponemos de astronauta en la orla".
Quien pronunció la frase no quiso decir por qué, pero todos los demás lo intuían. "Porque está siempre en los mundos de Yupi" era el relleno que faltaba.O quizá alguien lo dejó caer en voz baja. Era maldad indisimulada la que se escondía detrás de aquellas palabras de un compañero del instituto, de COU. La orla era en plan cómico, había muchos cuerpos dibujados y sobre los cuellos de esas figuras ban pegadas las cabezas de carné de cada alumno. Quizá no todo era maldad insana, quiza quería buscar la complicidad de los otros, quizá sólo era una broma, quizá una voz que gritaba: ¡Espabila!. Lo cierto es que esa fue la frase, ahí quedó, así me cayó encima. Me dolió en aquel momento, sentirme sólo, objeto de mofa y burla. Pero al final decidí abanderarme con la comparación, con la metafórica sangre y con el real, aunque soterrado, llanto. Astronauta, y a mucha honra, no dije, pero sí me pensé a mí mismo. Tiempo después cuando vino aquella frase de los equilibrios decidí unir ambas ideas: El Astronauta Funambulista sería mi seudónimo. Astro Funan en diminutivo más pop. Era una idea que me circundaba, la usaba para defenderme, para ganar la batalla interior cuando no era capaz de relacionarme y me quedaba sólo, o cuando la vulgaridad de la gente me hacía sentirme el raro. Eso fue en la facultad, y pasó el tiempo y me guarde el concepto. Terminé la carrera, empecé en los talleres, conocí a mucha gente que me ayudó a sentirme integrado, menos solo. Vinieron los Detectives Salvajes, vinieron Letras Libres, y vino la moda de los blogs. Pero me parecía demasiado enrevesado lo de Astronauta Funambulista.
Así que me quedé con el seudónimo que me parecía más accesible. Equilibristas hay muchos, no sólo de cuerda, pero la idea me gustó. "¿Y cómo lo llamo? La cuerda floja... ya hay uno de economía. Equilibrios en la cuerda... no me suena bien. La cuerda floja y el equilibrista... muy largo. ¡La Cuerda del Equilibrista!" Hilo, post, seguir el hilos, las conexiones ya están hechas, todo encaja. Así nació el primer boceto del blog con aquel aspecto que algunos recordaréis. Se perdía la idea de floja pero esi ta iría explicando después y el concepto quedó redondo, o eso me pareció. La plantilla era una de aquellas que blogger ofrecía por defecto (la "pergamino"). Así se veía el blog cuando aún estaba vacío, cuando acababa de tender la cuerda (bonita palabra "tendedero" por cierto, muy andaluza me atrevería a decir) pero no había nada.
El blog se fue llenando de las primeras inquietudes, historias, tímidos decorados (aquellas primeras entradas que no tenían imágenes siquiera, luego fui aprendiendo a añadir fotos, vídeos, música). Unos meses después, a Bea, la novia de mi tío Paco, le debo un giro fundamental. Aquellos reyes de 2009 me regaló un cuaderno libreta cuya portada había realizado ella. Le había colocado una pegatina con la ilustración Ícaro de Carlos C. Laínez. Debajo aparecía el título "La Cuerda del Equilibrista - Analógico" haciendo un juego de palabras con la versión digital que es la que está colgada en internet. El cuaderno había de albergar os relatos y poemas que luego podrían acabar en el blog. Por supuesto, las notas, las ideas, los apuntes... Bea me sugirió que usara esa ilustración tan bonita para mi blog, ella y mi tío me hablaron de la obra de Carlos, de sus "Historias de gatos" y sus "Oficios Imposibles", los dos libros de ilustraciones que había publicado. "No sé si voy a poder" dije, pensando que era una empresa que me quedaba muy grande. "Eso es fácil si te pones". Mi tío ya barruntaba la idea, yo hice un intento que no me gustó, así que cuando las ocupaciones nos dejaron, tres meses después, nos pusimos (el mucho más que yo, claro, yo en aquel momento no me llevaba muy bien con el diseño, sólo sugería y opinaba) y en un par de mañananas surgió el nuevo diseño del blog cuando este cumplía unos cinco meses.
Con la entrada "Cambios" surgió el cambio, el gran cambio, el rediseño que cerraba el círculo, humilde pero bien armado, de crear algo nuevo y propio, y se formó la imagen de La Cuerda del Equilibrista que todos conocéis. Pudo ser de otro modo, las redes son caprichosas y nos llevan de unos lugares a otros pero del modo en el que fue, resultó bonito y después de avituarme al nuevo aspecto, quedé plenamente satisfecho. El avatar anterior que usé los primeros meses daba paso también a Ícaro. Ese primer avatar era una ilustración en blanco y negro de un equilibrista que no sabías hacia qué lado iba, si hacia adelante en dirección al espectador, o dándole la espalda. Me gustó y me resultó interesante llevarlo, pero sí que era demasiado oscuro y serio. No recuerdo de dónde salió, pero sí que le hice un ligero retoque de photoshop. El avatar definitivo y clásico es ese Ícaro que Carlos Laínez me dejó llevar muy amablemente (después de contestarme a un correo muy largo en el que igual pensó que estaba chalado). Tiempo después conocí a Carlos en persona, eso ya lo conté en otra entrada (es de Jerez, pero vive en Chiclana, o entre ambas ciudades).
Poco a poco se fue rellenando la cuerda, fui colgando relatos, poemas, reflexiones. Me acuerdo de Canilius el contumaz, aquella paródica fantasía épica chiclanera (o chiclanoide). Era una historia de dragones, magia y fantasía (estilo Final Fantasy pero en modo chiclanero) con chistes y referencias a la realidad local todo en modo jocoso. Luego eso daría lugar a "El Cani" que viviría historias de amor y un expediente terremoto, correrías del Cani un treintañero o "treintón" con su amigo adolescente de unos doce años, Paquito (aka Paquitt Bolsa) en un escenario que me divierte mucho representar. Es un trasunto de Chiclana el lugar donde se dan sus historias de barrio, sus amoríos, sus colegueos... Recuerdo que se rieron mucho algunos amigos que me recomendaron incluso escribir una novela con esas hazañas.
Me acuerdo de muchos ejercicios, relatos y poemas de Letras Libres que también han pasdo por aquí, también de otros textos que brotaron de pronto: aquel Brut, la Melodía del levante, alguna chaladura absurda, experimentos surrealistas... "No escribas cartas de amor" aquel emotivo relato escrito con los detectives salvajes, "La Playa de las palabras", "La canción de todos los veranos", Barriada y tantos otros textos de raigambre sentimental, a veces, cómica, costumbristas pero a mi modo, con mis hechuras... Una relación muy especial es la que tengo con Alicia en el País de las Maravillas, con ese conejo blanco que tantas veces ha frecuentado el blog. Eso dio lugar a la etiqueta "Sombrerero Cuerdo" con todas las entradas en las que he reinterpretado a Alicia en relatos y poemas o he hablado de sus obras u adaptaciones.
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