lunes, 26 de noviembre de 2012

Y cositas del Bloc... bueno, de los blocs


En las entradas anteriores os he dejado por los laterales fotos de mis cuadernos, de mis dibujitos en los márgenes, de mis bocetos y de todo lo que se me ha ocurrido. Son los lugares donde han ido naciendo los relatos y poemas que habéis leído en este blog, u otros que no llegaron o que están aún en la etapa de crecimiento (cada uno tiene su propio metabolismo), o simplemente notas que se evaporaron o buenas ideas que van a germinar. En esta entrada os voy a mostrar algunas imágenes más que no pudieron aparecer por falta de espacio. Espero que os gusten las cositas de mi bloc, bueno, de mis blocs. Seguid el hilo para verlas.









































Edito el post (no logré dejar la boca cerrada) para contaros que cada uno de esos cuadernos tiene su historia y sus historias. La historia de cómo llegaron a mí y las historias que llevan dentro. Una y otras son sencillas pero también emotivas, llenas de recuerdos. Unas más divertidas, otras más alocadas, otras más sesudas... No son historias con las que se pueda escribir una novela, o eso creo, pero todas me tocan más o menos.

Puedo comentar un poco de algunos de ellos, un poco para no extenderme demasiado. La del Equilibrista Analógico ya la conocéis por la entrada del otro día. El cuaderno de color rojo que está a su izquierda fue un regalo de mi tío y le puse de título "Teoría de Cuerdas". Guarda recuerdos, apuntes e historias de una época difícil de mi vida, pero también reveladora, vívida y fructífera. Creo que ya lo he dicho pero en la escuela hicimos el cuadernillo con ese nombre y fue en esa época cuando tenía esta libreta. El cuadernillo está inspirado en esa teoría científica sobre las dimensiones paralelas, la materia, el espacio, la existencia, teoría que dio para excitar mucho la imaginación.

El que está abajo en esta "rosa" de cuadernos, el de los motivos geométricos islámicos, me lo regaló una compañera persona lectora y vecina de mi barrio, a la que he podido ayudar con granitos de arena igual que ella me ha ayudado a mí. Ella es de Granada y la libreta también (se nota por el diseño alhambresco). Es el cuaderno que estoy usando ahora para tomar notas y bosquejar relatos y versos. En el azul que está a su lado apunto las cosas que me llaman la atención de las novelas que leemos en el Club de Lecturas Libres. Y en el rojo que está a su lado, del mismo modelo, tomo notas de las clases de la Escuela de Letras Libres y las reuniones del Colectivo Letras Libres. El libro blanco con ilustración de Victoria Frances me lo regaló por mi cumple hace unos años mi amiga Raquelilla, con la dedicatoria que veis algo más arriba. Con ella, Ber, Juan Pablo y demás compis del CLL hemos pasado muy buenos ratos viendo series, películas o jugando a juegos. Aún está en blanco, no lo he usado porque no quiero guarrearlo con mi letra que es muy fea, de médico me suelen decir (yo lo sé, pero es mi letra y yo la entiendo, qué vamos a hacerle jijiji). Eso sí, espero hacer caligrafía y llenarlo alguna vez de algo que no sólo entienda yo y que esté a la altura del bonito detalle.

Arriba en el centro hay un cuaderno grande. Tiene la tapa negra pero sus historias no tienen nada de negro. No son historias de ficción, son historias mías, personales. Los colores son algo arbitrario y el negro no tiene precisamente buena fama. Este cuaderno es de la época más triste que he pasado, tanto que acudí a una psicóloga. En ese cuaderno escribí los ejercicios y juegos que hice en su consulta. Quizá para mí estos recuerdos son los mejores de cuantos hay en todas esas libretas. Por lo que supuso de superación, de avance, de salir de la cueva, de subir peldaños, de remodelarme, de inventarme y de creerme. Fue mala la época, pero fue tan bueno el momento, que cada vez que lo abro es una inyección de alegría, de adrenalina, de emoción, de autoestima. Después de esa época faltaron y faltan muchas aristas por pulir, pero sirvió para asentar unas bases sobre las que todavía me sustento. Valgan las metáforas fáciles porque no me salen otras. Fue, acabó siendo, una buena época, tan buena que el negro, al menos el de esas tapas, dejó el tópico para pasar a ser un color alegre.

Algunos de esos cuadernos me llegaron por casualidad, me lo dieron amigos, algunos son de promociones, otros los compré por necesidad o porque me gustó el dibujo o el diseño (veis por ahí a Homer, a Spiderman o a unos cerditos con calzones paracaídas). En cuanto a las cuestiones técnicas, (por así decirlo jijiji) los que más me gustan son los de tamaño medio, ni muy grandes (así los puedo llevar en el bolso o en la mochila) ni muy pequeños (así no se me gastan las páginas enseguida). Prefiero también los de anillas porque es más fácil escribir, no hay que estar aguantando la página, aunque estéticamente quedan mejor los que tienen lomo, todo hay que decirlo.

Y nada, me callo ya, que me he extendido mucho estos días. Espero que os hayan gustado las historias del blog y de los blocs.

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