El cosmos no oye la campana de la iglesia
llamando a oraciones.
En cambio, oye el zumbido de un mosquito
y el roer de un ratón.
(Carlos Edmundo de Ory)
El cosmos no oye los anuncios de Pepsi
en los partidos de béisbol
En cambio, oye los alaridos del Gran Cañón
y los sollozos del Mississipi
El cosmos no oye las arengas de un político
en campaña electoral
En cambio, oye cuando el gato se encorva
y el ratón pestañea
El cosmos no oye cuando una nave despega
de la estación de la NASA
En cambio, oye cuando un extraterrestre
cambia de canal
El cosmos no oye las declaraciones de amor
en las telenovelas de tarde
En cambio, oye cuando un gusanillo del estómago
se convierte en mariposa
El cosmos no oye vuestras fanfarrias,
aparatajes y palabrerías
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