miércoles, 29 de mayo de 2013

Sueños de tres noches de verano


UN DESEO 

Sonía podía verlo todo desde aquel pequeño agujero. Pequeños haces de luz como luciérnagas en la noche se entrelazaban ante su mirada profunda, expectante. Veía su vida pasar ante sus ojos en pequeñas estrellas, algunas fugaces, trozos de piedra cayendo de un cometa. Sabía que las estrellas fugaces eran cosas buenas, eran oportunidades de las que hay que coger rápido, al vuelo. Eran pedazos de luz que, por un motivo u otro, se volatilizan si no las coges, si no las dejas quietas y junto a ti, para siempre.

Este texto lo encontré en el armario "donde los papeles viejos". Puede tener más de diez años y seguramente yo pensaba continuarlo. Ahora recojo aquí esa estrella y sólo añadiré al texto que pidáis un deseo. La estrella fugaz de neón me cayó
de Neon Artists.
DOS ZAPATOS

Dos zapatos sueltos en la playa entrelazan sus cordones y sonríen bajo la luna porque la arena, o el amor, les hace cosquillas, y porque sienten que el tiempo discurre de manera diferente cuando no se tienen los pies en la tierra.


Este es de un juego creativo ideado por La Maga en Arte y transformación con un flash fotográfico zapateado por Gitana Rubia
TRES CABEZAS

Aún no duermen. Aún hablan. No quisieron oír la orden, disfrazada de consejo, que les dio El Cojo. Prefieren disfrutar de una charla que sabe a pájaros y luciérnagas. Tres cabezas se asoman de las sábanas de tres camas y se cuentan sus sueños hablándole al techo. Hablan de amores furtivos, de escapadas nocturnas a discotecas, de los padres tan lejos, de la libertad tan cerca. Hablan como si el tiempo estuviera hecho de relojes rotos. Las palabras pequeñas y bajísimas suben flotando hasta colgarse de la lámpara. En pocas horas, oirán el toctoc de la puerta, los profesores irán cuarto por cuarto avisando de que es hora de ir a la montaña, de salir de excursión, que el bus no espera. Pero ni el sueño ni la mañana importan esta noche. Lo que importan son los sueños y el mañana. Los sueños son de agua, neón y cartulina. El mañana es un gigante de tres cabezas que vive lejos, en una llanura de nubes, más allá de las estrellas.

Quise completar la trilogía con el tercer sueño de verano y me vino la imagen de una noche en Lleida durante la excursión de fin de curso de E.G.B. Una noche que pudo ser la de hoy pero en 1997, porque aquel viaje fue exactamente durante estas fechas. ¿Casualidades? El cielo estrellado es de la Vía Láctea en los Pirineos, obra de Unai González.


Y este otro cielo estrellado es de "La Biblioteca de los Jóvenes Castores", una colección de libros infantiles de la que tuve algunos volúmenes (imagen de todocoleccion.net) y con la que aprendí lo que eran las estrellas fugaces. Al recordarla, sentí que tenía que estar en este post.

2 comentarios:

Equilibrista dijo...

Cuando el verano se acerca, las noches rompen su cáscara, el aire se desnuda y acaricia con dedos de raso, el reloj aparca sus carros en las estrellas. Hoy he recordado tres sueños de tres noches que pudieron ser como esta. Cuando el verano se acerca...

Gitana dijo...

Ay, ay, ay...

Bendito comienzo de verano. Y bendito momento en el que se te ocurrió colgar estos tres sueños.

Ver mi foto ahí me ha molado tela, no te imaginas cuanto, pero las palabras que lo acompañan, esa noche, ese sueño,..., ese relato, que a la vez es poesía pura no me ha arañado por dentro, me ha abrazado y me ha hecho cosquillas (de las buenas).

Y de "Tres Cabezas" no tengo más que decirte que gracias por traer esa estampa de hace ya tantos años. Sin haber leído la letra pequeña del texto, me acordé de repente del viaje, como un flash.

Y todo ha sido como un totum revolutum en mi cabeza que me ha hecho llorar de emoción. (Eso será que me estoy siendo vieja, o más bien, que tienes la sensibilidad perfecta para contar momentos, o sueños,...).

Gracias David, muchas gracias por ser y estar y por transmitir así de bien. Un beso.

PD: Rebusca más dónde los papeles viejos Deivi.

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