Espalda

Puedes hacer varias cosas con esta espalda
Emplearla para dar una conferencia sobre las caricias
Puedes mirarla hasta que tus manos envidien a tus ojos
Contar los besos de distancia que hay de arriba a abajo y de izquierda a derecha
Puedes hacer inventario de cada uno de sus poros
Dibujar en un papel el mapa de sus tesoros, meterlo en una botella y tirarlo al océano
Puedes envidiar cada uno de sus huesos y músculos
Desnudarla, ponerle una armadura y quitársela por el placer de verla otra vez desnuda
Puedes ser como las hormigas y hacer un rally de cosquillas
Temer que sus poros se conviertan en espinas, que sus dunas se vuelvan aristas
Puedes hablarle y llorar y reconstruir tus abrazos con ella
Comprobar la existencia de los cuatro elementos: fuego, aire, agua, tierra
Puedes imaginarla o mezclar su recuerdo con el de otras
Lo que no puedes hacer es olvidarla

Uno de las muchas tareas que puedes hacer en la ELL. Si sigues el hilo de este post hay una escalera y si la bajas, hay unas gatas...

Puedes hacer varias cosas con esta escalera
Puedes inventar un cuento para cada uno de sus peldaños
Soñarla mucho más alta llegando hasta el cielo y el centro de la tierra
Puedes desmontarla y montar la figura de un árbol y plantarlo
O hacer un maniquí y vestirlo para una sesión de fotos
Puedes convertirla en grada de un teatro de hormigas
O contradecirla usándola como reja de una ventana
Puedes destrozarla y hacer lápices y flautas, antorchas, palillos y batutas
Y componer una ópera sobre aquello que no pudiste alcanzar
Puedes preguntarle si está hecha de pies de gato
Y si a los corazones se llega subiendo o bajando
Enseñarle las nubes y los precipicios para hacerla consciente de sus limitaciones
Puedes convertirla en unidad de medida de los sueños
Lo que no puedes hacer es subirla y bajarla al mismo tiempo

Puedes hacer varias cosas con estas gatas
Ahogarte en sus ojos cada vez que te despierten
Vestirlas de payaso para hacer humanamente entendibles sus acrobacias
Puedes preguntarles si hubo un primer gato que inventó el sigilo
Si llegó de otro planeta o si escribió algún tratado de urbanidad
Puedes mirarlas para perder el tiempo hasta comprobar que ellas lo están cazando
Colocarte a la altura de sus ojos para soñar con un mundo sin escaleras
Hacerles confidencias y dejarte aconsejar por sus maullidos
Puedes engañarte por su religión de caricias y ronroneos
O reconocerte en su fe en las quietudes y las raspas
Darte cuenta de que sus pasos emiten en una frecuencia más baja que tu lápiz
Y grabar ese silencio para relajarte en el metro
Puedes elegir en qué momento del día prefieres que te priven de libertad
Lo que no puedes hacer es ser su dueño